El conflicto entre Israel y Hamas, que se prolongó durante 15 meses, ha llegado a una tregua temporal con la implementación de un cese al fuego desde el 19 de enero de 2025. El acuerdo, alcanzado tras intensas negociaciones, comprende la liberación gradual de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, además del aumento de la ayuda humanitaria hacia la asediada franja de Gaza.
El impacto de esta prolongada confrontación ha sido devastador. Según los datos del Ministerio de Salud palestino, más de 47,000 palestinos han perdido la vida. Sin embargo, un estudio de la London School of Hygiene & Tropical Medicine estima que la cifra real podría superar los 70,000, con un tercio de las víctimas siendo menores de edad. Adicionalmente, se reporta que al menos 11,000 personas están desaparecidas, sospechándose que muchas de ellas se encuentran bajo los escombros.
La guerra ha provocado desplazamientos masivos en Gaza, afectando aproximadamente al 90% de su población, lo que representa a unos 1.9 millones de personas. La ONU ha documentado la destrucción o el daño a 436,000 unidades de vivienda, contribuyendo al deterioro de las condiciones de vida en la región.
En términos de infraestructura, Gaza ha sufrido severos daños. La mayoría de sus hospitales han dejado de operar; de los 36 que se encontraban en servicio antes de octubre de 2023, actualmente ninguno funciona a plena capacidad. La red vial también ha sido gravemente afectada, con un 68% de su infraestructura dañada. La agricultura no ha quedado exenta, con pérdidas del 96% en activos agrícolas.
La ayuda humanitaria ha sido escasa, agravando la situación. Antes de la guerra, cerca de 15,000 camiones de ayuda ingresaban a Gaza al mes. Este número se redujo drásticamente, con solo 2,205 camiones entrando en diciembre de 2024. Además, la frontera de Rafah con Egipto ha permanecido cerrada desde mayo de 2024, limitando aún más la entrada de suministros esenciales.
El 19 de enero de 2025, tres rehenes israelíes fueron entregados a la Cruz Roja, marcando un significativo primer paso en el cumplimiento del acuerdo de cese al fuego. La entrega de estos rehenes fue supervisada por combatientes de Hamas.
A pesar de los esfuerzos militares de Israel, Hamas ha mantenido su control sobre Gaza, reactivando su presencia policial en las áreas más afectadas. La devastación en Gaza es evidente, con la mayoría de sus ciudades en ruinas y la población sufriendo una severa crisis humanitaria, caracterizada por la escasez de alimentos y acceso restringido a servicios básicos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido sobre la posibilidad de reanudar las hostilidades si no se cumplen los objetivos de seguridad de Israel. Por su parte, Hamas ha insistido en que no liberará más rehenes sin un alto el fuego duradero y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, y el establecimiento de un cese al fuego es solo un primer paso hacia la resolución de este prolongado conflicto.