Kami Rita Sherpa, experimentado guía de Nepal y referente indiscutible en el mundo del alpinismo, llegó por 31ª vez a la cima del Monte Everest el 27 de mayo de 2025 a las 4:00 a.m. hora local, superando su propio récord precedente. Rita, que debutó en la cumbre con 24 años en 1994, cuenta actualmente con 55 años y suma tres décadas de experiencia en la montaña más alta del planeta, de 8,848.86 metros de altitud (29,032 pies).
En esta ocasión, lideró una expedición conformada por 22 montañeros del ejército indio y 27 sherpas, tras verse obligado a posponer un intento anterior debido a condiciones climáticas adversas, un aspecto que marcó la temporada de primavera de 2025. El ascenso de Rita refleja los retos meteorológicos que han dificultado a decenas de alpinistas este año.
Durante la temporada de primavera, Nepal otorgó 468 permisos de ascenso al Everest, lo que llevó a más de 300 escaladores y sherpas a conquistar la cima en los meses de marzo, abril y mayo. El aumento de intentos de cumbre se ha traducido en una mayor congestión en las rutas y ha generado preocupación acerca del impacto ambiental en la montaña. Al menos cuatro personas han fallecido en la presente temporada al intentar alcanzar el techo del mundo.
El principal rival de Rita en cuanto a frecuencia de ascensos es Pasang Dawa, con 29 cumbres logradas, mientras que Kenton Cool ostenta el récord entre los alpinistas no sherpas con 19 ascensiones. Además del Everest, Kami Rita ha completado ascensos en montañas como K2, Cho Oyu, Manaslu y Lhotse, y ha logrado hazañas como doble ascensión en una misma temporada, destacado por alcanzar la cumbre dos veces en una semana durante 2019.
El propio Kami Rita ha manifestado preocupación por la creciente peligrosidad de las expediciones en el Himalaya debido al cambio climático y sus repercusiones en la estabilidad de los glaciares y las condiciones de la montaña, que dificultan cada vez más la labor de los guías y el acceso seguro para los expedicionarios.
El logro de Rita sucede en un contexto donde la popularidad del Everest no deja de crecer, con una afluencia cada vez mayor de escaladores lo que incrementa los retos logísticos y el riesgo en el entorno natural de la montaña más alta del mundo.