Max Azzarello, un hombre de 37 años originario de St. Augustine, Florida, ha muerto tras una dramática autoinmolación ocurrida el pasado viernes frente al edificio donde se celebra el juicio a Donald Trump en Manhattan. Azzarello, descrito por algunos como un investigador autónomo, se roció con un líquido inflamable y se prendió fuego en un acto de protesta que culminó de forma fatal.
El incidente tuvo lugar en Collect Pond Park, justo enfrente del tribunal, y fue atestiguado por una mezcla de periodistas, curiosos y partidarios de ambos lados del espectro político. Antes de su acto final, Azzarello arrojó al aire panfletos que contenían teorías conspirativas y advertencias sobre un supuesto golpe fascista involucrando a figuras políticas de alto perfil. Uno de esos panfletos incluía referencias a “multimillonarios malvados”, pero partes que fueron visibles para un testigo de Reuters no mencionaban a Trump.

Las autoridades neoyorquinas, que habían mantenido un perímetro de seguridad relativamente accesible durante el juicio, ahora enfrentan críticas y la posible revisión de sus protocolos. El acceso al parque donde Azzarello cometió su acto ha sido objeto de particular escrutinio, con debates sobre la necesidad de reforzar la seguridad en áreas públicas adyacentes a eventos de gran importancia.