La solicitud de formalización de las entidades territoriales indígenas en Colombia ha resonado con fuerza en la previa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), que se celebrará en Cali, Valle del Cauca. Los representantes de diversos pueblos indígenas han destacado que esta es una deuda estructural del Estado colombiano que se ha mantenido impaga durante más de tres décadas.
La Constitución de 1991 de Colombia establece la creación de entidades territoriales indígenas con autonomía política, jurídica y administrativa para los pueblos indígenas. Pese a la presencia de al menos 115 pueblos indígenas y más de 65 lenguas nativas en el país, esta figura no ha sido implementada. En 2011, aunque el Congreso desarrolló un marco jurídico para departamentos y municipios, las entidades territoriales indígenas fueron excluidas de esta legislación.
La importancia de los territorios indígenas es crucial no solo desde un punto de vista cultural y social, sino también ambiental. Los territorios indígenas son esenciales para la conservación del bioma amazónico, que cubre el 44% del suelo colombiano. En las áreas habitadas por pueblos indígenas, la deforestación es prácticamente nula, manteniendo una impresionante cobertura boscosa del 98%.
Actualmente, existen 20 territorios en proceso de formalización, y 12 consejos indígenas han sido registrados. La formalización permitiría a estos consejos diseñar políticas de desarrollo y gestionar recursos de manera independiente, rompiendo la actual dependencia de las gobernaciones.
El gobierno de Gustavo Petro ha incluido en su Plan Nacional de Desarrollo la revisión de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial para fortalecer los resguardos y entidades territoriales indígenas. Sin embargo, las funciones de estas entidades y su relación con otros niveles de gobierno aún no han sido claramente definidas.
Líderes indígenas, como Fabio Valencia del Vaupés, resaltan la importancia de los pueblos indígenas en la protección de la biodiversidad. Doris Ochoa, de la fundación Gaia Amazonas, insiste en la importancia de reconocer las contribuciones que los indígenas hacen en campos como la educación, la salud y la protección del medio ambiente.
Para discutir estos y otros temas, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, ha adelantado que en la COP16 se abordará un plan de trabajo para los próximos 10 años que apoyará a los pueblos indígenas en su rol como guardianes de la biodiversidad. La situación actual representa un momento crítico para la relación entre el Estado colombiano y los pueblos indígenas, con la COP16 sirviendo como una plataforma crucial para avanzar en el reconocimiento y formalización de sus derechos territoriales.