Los datos de inflación en los Estados Unidos han mostrado señales de moderación por segundo mes consecutivo durante mayo. Según los informes, los precios al consumidor aumentaron un 3.3% en comparación con el mismo mes del año anterior, una ligera desaceleración respecto al aumento del 3.4% registrado en abril. Este cambio sugiere que las presiones inflacionarias están comenzando a ceder después de un período prolongado de aumentos significativos en el costo de vida. En términos mensuales, los precios generales se mantuvieron estables en mayo, respaldados en parte por una caída del 3.6% en los precios promedio de la gasolina a nivel nacional. Esto marcó un alivio para los consumidores estadounidenses, quienes han enfrentado precios elevados en diversos bienes esenciales en los últimos años. Los datos core, que excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, mostraron un aumento de solo un 0.2% de abril a mayo, el incremento más pequeño desde octubre, y un aumento del 3.4% interanual, la subida más leve en tres años. A pesar de la moderación en la inflación general, los costos de artículos esenciales como alimentos y alquileres siguen siendo altos en comparación con tres años atrás. Específicamente, los costos de los alimentos permanecieron sin cambios en mayo en su variación mensual, mientras que en comparación anual, los precios de los alimentos han subido un 1%. El costo de la vivienda, un componente crítico del índice de precios al consumidor, continuó su ascenso, ejerciendo una presión significativa sobre los presupuestos de los hogares estadounidenses. La Reserva Federal de los Estados Unidos, que ha mantenido las tasas de interés en su nivel más alto en 23 años, está proyectando solo un recorte de tasas para este año. Esta medida se adopta mientras los responsables de políticas ajustan sus pronósticos de inflación, esperando una reducción más lenta hacia el objetivo del 2%. A pesar del avance en la reducción de la inflación, los responsables de políticas también están dirigidos a prevenir una recesión económica mientras gestionan las expectativas de los mercados financieros, que han reaccionado positivamente con máximos históricos recientes.