Nestlé, el gigante suizo de bienes de consumo y la compañía de alimentos para bebés más grande del mundo, enfrenta acusaciones serias de implementar dobles estándares en la formulación de sus productos. Según investigaciones realizadas por la organización suiza Public Eye y la Red Internacional de Acción sobre la Alimentación Infantil (IBFAN), se ha encontrado que productos destinados a la infancia como Cerelac y Nido contienen azúcares añadidos en mercados de Asia, África y América Latina, mientras que sus equivalentes vendidos en Europa están libres de estos aditivos.
Los informes de laboratorio indican que, por ejemplo, los cereales Cerelac vendidos en Filipinas tienen hasta 7.3 gramos de azúcar añadido por porción, lo que contrasta marcadamente con las versiones europeas que no incluyen azúcares añadidos. Esta discrepancia apunta a una estrategia de mercado que ignora las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual aconseja evitar el azúcar añadido en alimentos para niños menores de tres años debido al riesgo de obesidad y enfermedades asociadas como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.
En respuesta a estas críticas, un portavoz de Nestlé ha declarado que la compañía sigue comprometida con la calidad nutricional de sus productos y cumple rigurosamente con las regulaciones locales e internacionales en todos los mercados donde opera. Sin embargo, los críticos argumentan que las leyes en muchos países en desarrollo no están a la altura de las directrices europeas, lo que permite tales discrepancias en los ingredientes.