Glynn Simmons, ahora con 70 años, ha sido exonerado en un caso histórico que pone de relieve las fallas del sistema judicial estadounidense. En 1975, Simmons fue condenado por el asesinato de un empleado durante un robo en una licorería en Edmond, Oklahoma. Este martes, un juez de Oklahoma, Amy Palumbo, declaró su inocencia, poniendo fin a casi cinco décadas de encarcelamiento injusto. Simmons, quien fue liberado bajo fianza en julio, ha vivido la mayor parte de su vida tras las rejas, marcando el período más largo de encarcelamiento erróneo registrado en los Estados Unidos, según el Registro Nacional de Exoneraciones.
La condena de Simmons se basó en gran medida en el testimonio de una joven que sobrevivió a un disparo en la cabeza durante el robo. A pesar de las inconsistencias en su testimonio y la falta de pruebas concluyentes, Simmons y su coacusado, Don Roberts, fueron sentenciados a muerte, una pena que luego se conmutó a cadena perpetua. Durante décadas, Simmons mantuvo su inocencia, afirmando que se encontraba en su estado natal de Louisiana en el momento del crimen.
El caso de Simmons resalta las profundas deficiencias en el sistema de justicia penal, especialmente en lo que respecta a la identificación de testigos y la gestión de pruebas. En julio, un tribunal descubrió que los fiscales no habían entregado toda la evidencia a los abogados defensores, incluyendo el hecho de que la testigo clave había identificado a otros sospechosos. Esta revelación fue crucial para la revisión y eventual exoneración de Simmons.
La historia de Simmons es un testimonio de resistencia y tenacidad. Tras su liberación, expresó su alivio y gratitud, pero también señaló la irreparable pérdida de tiempo y las secuelas emocionales de su encarcelamiento. “Lo que se ha hecho no puede deshacerse, pero podría haber responsabilidades”, dijo Simmons, reflejando su deseo de justicia y reconocimiento del daño sufrido.