El insólito suceso tuvo lugar en Pittsburgh, cuando Cecil, un goldendoodle de siete años, encontró un sobre con $4,000 en efectivo en el mostrador de la cocina de sus dueños, Clayton y Carrie Law. El dinero, destinado a pagar una obra en su hogar, no duró mucho en su lugar. En un abrir y cerrar de ojos, Cecil había devorado una cantidad considerable del efectivo, dejando el resto en pedazos esparcidos por el suelo.
Clayton y Carrie describen a Cecil como un perro tranquilo, divertido y muy humano. “Nunca ha hecho nada malo hasta que se comió el dinero”, comentó Clayton. Este comportamiento fuera de lo común dejó a la pareja en estado de shock. “Caminé de regreso a la habitación y todo este efectivo estaba en el suelo. Él estaba ahí, parado, y yo simplemente pensé, 'Dios mío, se comió parte de este dinero'", relató Clayton.

Tras el incidente, los Law contactaron de inmediato al veterinario de Cecil para asegurarse de que el perro estuviera bien. Afortunadamente, debido a su tamaño, Cecil solo necesitaba ser monitoreado en casa. Sin embargo, la pareja se enfrentó al desafío de recuperar el dinero. Comenzaron un inesperado y laborioso rompecabezas: reconstruir los billetes masticados y los que Cecil había ingerido.
El proceso de recuperación fue tanto desagradable como meticuloso. “Ahí estábamos, en el lavadero, lavando este dinero sucio, gritando '¡Sí! ¡Lo logramos!' Olió muy mal”, compartió Carrie. A pesar de las dificultades, lograron recuperar casi todo el dinero, perdiendo solo $450 del total.