Las fuertes lluvias que comenzaron el 27 de julio de 2024 han provocado devastadoras inundaciones en las regiones noroccidentales de Corea del Norte, afectando especialmente las ciudades de Sinuiju y Uiju cerca de la frontera china. Las autoridades evacuaron a más de 4,200 residentes y reportaron significativos daños en 4,100 viviendas y 7,410 acres de tierras agrícolas. Infraestructuras críticas como caminos y ferrocarriles también han sido duramente golpeadas por el desastre natural.
En términos de pérdidas humanas, medios surcoreanos indican que el número de muertos y desaparecidos podría oscilar entre 1,000 y 1,500. No obstante, estos informes han sido desestimados por el líder norcoreano Kim Jong-un, quien ha calificado estos números como parte de una "campaña de desprestigio". Según Kim, no se reportaron muertes en Sinuiju y aunque un helicóptero tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia durante las operaciones de rescate, todos los tripulantes estaban a salvo.
A pesar de la grave situación, Kim Jong-un insinuó que rechazaría la oferta de ayuda humanitaria de Corea del Sur, describiéndolos como un "enemigo inmutable". Afirmó que no comprometería la defensa nacional del país por acelerar la recuperación de desastres. En contraste, Rusia, bajo la presidencia de Vladimir Putin, ofreció asistencia humanitaria, expresando sus condolencias y apoyo. Kim Jong-un respondió que aunque su gobierno ya estaba tomando medidas para la recuperación, consideraría solicitar ayuda externa si fuera necesario.
Las inundaciones agravan problemas preexistentes en Corea del Norte, como la escasez de alimentos y una infraestructura deficiente. La situación es especialmente crítica dado el ya atribulado estado económico del país, con un PIB per cápita estimado en 1,700 USD en 2015, aunque las cifras recientes son inciertas debido a la opacidad del régimen. Las imágenes de Kim Jong-un supervisando las operaciones de rescate desde un vehículo de lujo contrastan con la realidad vivida por los ciudadanos afectados, reflejando un intento de mostrar un estado que aún puede proporcionar ayuda efectiva.
Las operaciones de rescate han sido realizadas principalmente mediante el uso de helicópteros, con más de 10 aviones conduciendo hasta 20 vuelos de evacuación para trasladar a los afectados a zonas seguras. Corea del Norte, pese a sus frecuentes catástrofes naturales, tiene una larga historia de rechazar ayuda internacional, prefiriendo depender de sus capacidades internas y de sus aliados selectos como China y Rusia.