Salud

Investigadores Identifican el "Interruptor" Cerebral que Estimula el Deseo de Hacer Ejercicio

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de España han descubierto un mecanismo que regula el deseo de hacer ejercicio, según un estudio publicado en Science Advances.

Salud

Investigadores Identifican el "Interruptor" Cerebral que Estimula el Deseo de Hacer Ejercicio

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de España han descubierto un mecanismo que regula el deseo de hacer ejercicio, según un estudio publicado en Science Advances.

"Este hallazgo podría abrir nuevas vías para el tratamiento de la obesidad y mejorar la salud metabólica en general"

- Afirmó Guadalupe Sabio, líder del estudio.

16/8/2024

El reciente hallazgo, liderado por Guadalupe Sabio y su equipo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en España, ha entrado en detalle sobre cómo el cuerpo regula el deseo de hacer ejercicio, una cuestión de interés práctico y científico. Este estudio, publicado en la revista Science Advances con el DOI 10.1126/sciadv.adn5993, revela la influencia de dos proteínas clave, p38α y p38γ, en la motivación para la actividad física.

Las proteínas p38α y p38γ, activas en los músculos durante el ejercicio vigoroso, tienen un mecanismo de activación interdependiente que afecta el anhelo de realizar actividad física. En particular, la activación de p38γ induce la producción de una molécula llamada Interleuquina 15 (IL-15), la cual actúa sobre el córtex motor del cerebro, promoviendo la actividad motora.

Los experimentos realizados incluyeron tanto modelos animales como humanos. En el caso de los ratones, éstos fueron sometidos a ejercicios en cintas, mientras que los humanos, 17 voluntarios con una edad media de 22.5 años, participaron en sesiones de ciclismo controlado y de alta intensidad durante 30 minutos. Los resultados mostraron un aumento notable de IL-15 en la sangre humana tras el ejercicio, relacionándose directamente con la activación de p38γ en los músculos.

La investigación también arrojó luz sobre las implicaciones clínicas de los hallazgos. Un hallazgo notable es que las personas con obesidad usualmente tienen niveles más bajos de IL-15, lo cual podría explicar la disminución de su motivación para ejercicio. En este contexto, el estudio sugiere la posibilidad de diseñar medicamentos basados en IL-15 para aumentar el interés en la actividad física, especialmente en personas con predisposiciones a la obesidad.

Los beneficios metabólicos derivados de este estudio no son despreciables. En modelos animales alimentados con dietas altas en grasas, la actividad física mantenida condujo a notables mejoras en el metabolismo. Se observó una reducción significativa en la tendencia a desarrollar diabetes y en la acumulación de grasas, especialmente en el hígado, marcando un avance prometedor en la lucha contra enfermedades metabólicas.

El siguiente paso para los investigadores será examinar cómo diferentes tipos de ejercicio pueden influir en la producción de IL-15, y a su vez, cómo esta variación impacta el deseo de realizar actividad física. Este conocimiento podría ser crucial para personalizar programas de entrenamiento que maximicen la motivación y las mejoras en el estado físico y metabólico.

En conjunto, el equipo de investigación dirigido por Guadalupe Sabio y compuesto por Leticia Herrera y Cintia Folgueira ha proporcionado una nueva visión sobre la regulación biológica del deseo de hacer ejercicio. Este descubrimiento promete abrir nuevas puertas en el campo de la medicina metabólica y el tratamiento de la obesidad. El ejercicio no solo mejora la salud física, sino que ahora se entiende mejor cómo ciertos componentes biológicos, como la proteína p38γ y la IL-15, desempeñan un papel crucial en motivar el deseo de mantenerse activo.

Algo Curioso

"Este hallazgo podría abrir nuevas vías para el tratamiento de la obesidad y mejorar la salud metabólica en general"

- Afirmó Guadalupe Sabio, líder del estudio.

Aug 16, 2024
Colglobal News

El reciente hallazgo, liderado por Guadalupe Sabio y su equipo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en España, ha entrado en detalle sobre cómo el cuerpo regula el deseo de hacer ejercicio, una cuestión de interés práctico y científico. Este estudio, publicado en la revista Science Advances con el DOI 10.1126/sciadv.adn5993, revela la influencia de dos proteínas clave, p38α y p38γ, en la motivación para la actividad física.

Las proteínas p38α y p38γ, activas en los músculos durante el ejercicio vigoroso, tienen un mecanismo de activación interdependiente que afecta el anhelo de realizar actividad física. En particular, la activación de p38γ induce la producción de una molécula llamada Interleuquina 15 (IL-15), la cual actúa sobre el córtex motor del cerebro, promoviendo la actividad motora.

Los experimentos realizados incluyeron tanto modelos animales como humanos. En el caso de los ratones, éstos fueron sometidos a ejercicios en cintas, mientras que los humanos, 17 voluntarios con una edad media de 22.5 años, participaron en sesiones de ciclismo controlado y de alta intensidad durante 30 minutos. Los resultados mostraron un aumento notable de IL-15 en la sangre humana tras el ejercicio, relacionándose directamente con la activación de p38γ en los músculos.

La investigación también arrojó luz sobre las implicaciones clínicas de los hallazgos. Un hallazgo notable es que las personas con obesidad usualmente tienen niveles más bajos de IL-15, lo cual podría explicar la disminución de su motivación para ejercicio. En este contexto, el estudio sugiere la posibilidad de diseñar medicamentos basados en IL-15 para aumentar el interés en la actividad física, especialmente en personas con predisposiciones a la obesidad.

Los beneficios metabólicos derivados de este estudio no son despreciables. En modelos animales alimentados con dietas altas en grasas, la actividad física mantenida condujo a notables mejoras en el metabolismo. Se observó una reducción significativa en la tendencia a desarrollar diabetes y en la acumulación de grasas, especialmente en el hígado, marcando un avance prometedor en la lucha contra enfermedades metabólicas.

El siguiente paso para los investigadores será examinar cómo diferentes tipos de ejercicio pueden influir en la producción de IL-15, y a su vez, cómo esta variación impacta el deseo de realizar actividad física. Este conocimiento podría ser crucial para personalizar programas de entrenamiento que maximicen la motivación y las mejoras en el estado físico y metabólico.

En conjunto, el equipo de investigación dirigido por Guadalupe Sabio y compuesto por Leticia Herrera y Cintia Folgueira ha proporcionado una nueva visión sobre la regulación biológica del deseo de hacer ejercicio. Este descubrimiento promete abrir nuevas puertas en el campo de la medicina metabólica y el tratamiento de la obesidad. El ejercicio no solo mejora la salud física, sino que ahora se entiende mejor cómo ciertos componentes biológicos, como la proteína p38γ y la IL-15, desempeñan un papel crucial en motivar el deseo de mantenerse activo.

El reciente hallazgo, liderado por Guadalupe Sabio y su equipo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en España, ha entrado en detalle sobre cómo el cuerpo regula el deseo de hacer ejercicio, una cuestión de interés práctico y científico. Este estudio, publicado en la revista Science Advances con el DOI 10.1126/sciadv.adn5993, revela la influencia de dos proteínas clave, p38α y p38γ, en la motivación para la actividad física.

Las proteínas p38α y p38γ, activas en los músculos durante el ejercicio vigoroso, tienen un mecanismo de activación interdependiente que afecta el anhelo de realizar actividad física. En particular, la activación de p38γ induce la producción de una molécula llamada Interleuquina 15 (IL-15), la cual actúa sobre el córtex motor del cerebro, promoviendo la actividad motora.

Los experimentos realizados incluyeron tanto modelos animales como humanos. En el caso de los ratones, éstos fueron sometidos a ejercicios en cintas, mientras que los humanos, 17 voluntarios con una edad media de 22.5 años, participaron en sesiones de ciclismo controlado y de alta intensidad durante 30 minutos. Los resultados mostraron un aumento notable de IL-15 en la sangre humana tras el ejercicio, relacionándose directamente con la activación de p38γ en los músculos.

La investigación también arrojó luz sobre las implicaciones clínicas de los hallazgos. Un hallazgo notable es que las personas con obesidad usualmente tienen niveles más bajos de IL-15, lo cual podría explicar la disminución de su motivación para ejercicio. En este contexto, el estudio sugiere la posibilidad de diseñar medicamentos basados en IL-15 para aumentar el interés en la actividad física, especialmente en personas con predisposiciones a la obesidad.

Los beneficios metabólicos derivados de este estudio no son despreciables. En modelos animales alimentados con dietas altas en grasas, la actividad física mantenida condujo a notables mejoras en el metabolismo. Se observó una reducción significativa en la tendencia a desarrollar diabetes y en la acumulación de grasas, especialmente en el hígado, marcando un avance prometedor en la lucha contra enfermedades metabólicas.

El siguiente paso para los investigadores será examinar cómo diferentes tipos de ejercicio pueden influir en la producción de IL-15, y a su vez, cómo esta variación impacta el deseo de realizar actividad física. Este conocimiento podría ser crucial para personalizar programas de entrenamiento que maximicen la motivación y las mejoras en el estado físico y metabólico.

En conjunto, el equipo de investigación dirigido por Guadalupe Sabio y compuesto por Leticia Herrera y Cintia Folgueira ha proporcionado una nueva visión sobre la regulación biológica del deseo de hacer ejercicio. Este descubrimiento promete abrir nuevas puertas en el campo de la medicina metabólica y el tratamiento de la obesidad. El ejercicio no solo mejora la salud física, sino que ahora se entiende mejor cómo ciertos componentes biológicos, como la proteína p38γ y la IL-15, desempeñan un papel crucial en motivar el deseo de mantenerse activo.

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