Salud

Investigan el Riesgo en Humanos Ante la Propagación de la Enfermedad del 'Ciervo Zombie' en EE.UU.

La enfermedad del desgaste crónico (CWD), conocida popularmente como el 'mal del ciervo zombie', está extendiéndose por América, generando preocupación entre científicos y conservacionistas. Esta enfermedad neurodegenerativa, transmitida por proteínas mal plegadas conocidas como priones, afecta a ciervos, alces y renos, y plantea riesgos potenciales para la salud humana.

Salud

Investigan el Riesgo en Humanos Ante la Propagación de la Enfermedad del 'Ciervo Zombie' en EE.UU.

La enfermedad del desgaste crónico (CWD), conocida popularmente como el 'mal del ciervo zombie', está extendiéndose por América, generando preocupación entre científicos y conservacionistas. Esta enfermedad neurodegenerativa, transmitida por proteínas mal plegadas conocidas como priones, afecta a ciervos, alces y renos, y plantea riesgos potenciales para la salud humana.

"La posibilidad de que la CWD pueda infectar a humanos sigue siendo un punto de preocupación"

- Samuel J. White y Philippe B. Wilson, investigadores en Inmunología Genética y Salud Única, respectivamente.

20/2/2024

La enfermedad del desgaste crónico (CWD) ha sido detectada en más de 800 muestras de ciervos, alces y renos solo en Wyoming, evidenciando la magnitud y urgencia del problema. Los priones, causantes de esta enfermedad, son proteínas mal plegadas que inducen el mal plegamiento de proteínas normales en el cerebro, llevando a la degeneración neurológica. Esta característica hace que las enfermedades priónicas sean especialmente alarmantes, ya que son extremadamente resistentes y pueden persistir en el medio ambiente durante años, resistiendo métodos de desinfección tradicionales como el formaldehído, la radiación y la incineración a temperaturas extremas.

La propagación de la CWD no solo representa un riesgo ecológico significativo, sino que también plantea potenciales riesgos para la salud humana. Aunque no hay evidencia concluyente de que la CWD pueda infectar directamente a los humanos, la posibilidad sigue siendo un punto de preocupación. Enfermedades priónicas como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) en humanos y la enfermedad de las vacas locas en el ganado han demostrado que pueden cruzar la barrera de especies, con consecuencias devastadoras.

La falta de casos confirmados de CWD en humanos no disminuye las preocupaciones, ya que estudios han mostrado que los priones responsables de la CWD pueden infectar y propagarse dentro de células humanas en condiciones de laboratorio, elevando el espectro de una posible transmisión. Además, los humanos ya están inadvertidamente expuestos a animales potencialmente infectados al cazar y consumir su carne. Se estima que entre 7,000 y 15,000 animales infectados con CWD fueron consumidos anualmente por humanos en 2017, con proyecciones que indican un aumento anual del 20%.

Algo Curioso
Aunque la CWD ha sido identificada en algunas áreas de América del Norte, incluyendo Canadá y Estados Unidos, así como en Noruega y Corea del Sur, hasta la fecha, no se han reportado casos de infección en humanos. Sin embargo, la posibilidad de transmisión a humanos, directa o indirectamente, sigue siendo un tema de investigación y preocupación.

La Amenaza Invisible: Cómo los Priones Desafían la Salud Pública y la Conservación

En respuesta a la creciente amenaza de la CWD, British Columbia ha implementado una estrategia para combatir su propagación, ordenando la prueba de cualquier ciervo, alce, caribú o muflón que haya muerto en carretera, tras confirmarse dos casos en el distrito de Kootenay. Esta enfermedad fatal, causada por priones, afecta el cerebro y el sistema nervioso de los cérvidos, dejándolos con síntomas como salivación excesiva, tambaleo, letargo y una mirada vacía. La provincia ha solicitado a los residentes que informen inmediatamente sobre cualquier cervatillo que parezca enfermo.

La presencia de CWD en Canadá no es nueva, habiéndose confirmado previamente en poblaciones de ciervos de granja en Saskatchewan, Alberta y Quebec, así como en ciervos salvajes en Manitoba. Sin embargo, un caso reciente confirmado en el Parque Nacional de Yellowstone ha intensificado las preocupaciones sobre el riesgo potencial que esta enfermedad podría representar para los humanos. Aunque no hay evidencia directa de transmisión a humanos, investigaciones previas en macacos sugieren que la transmisión de CWD entre primates es posible, lo que ha llevado a algunos expertos a advertir sobre la probabilidad de que eventualmente pueda afectar a los humanos.

La rápida expansión de la CWD a través de América del Norte y Escandinavia, y la posibilidad de que se vuelva más variable con el tiempo, ha generado alarmas sobre su potencial impacto en la salud humana. La preocupación radica no solo en la posibilidad de transmisión directa, sino también en la capacidad de la enfermedad para propagarse de humano a humano, un escenario considerado como el peor caso posible, similar a la transmisión de la influenza aviar entre humanos o el salto del COVID-19 a nuestra especie.

La enfermedad del desgaste crónico no solo plantea un riesgo para la salud de la fauna y potencialmente para los humanos, sino que también tiene implicaciones económicas y ecológicas significativas. La caza de ciervos, una actividad recreativa popular y una fuente vital de sustento para muchas comunidades, se ve amenazada por la proliferación de la CWD. La posibilidad de una disminución drástica en las poblaciones de ciervos compromete la seguridad alimentaria en las regiones afectadas y podría tener efectos en cascada en las comunidades vegetales, la salud del suelo y otras especies de vida silvestre que dependen de los ciervos como fuente de alimento o como modificadores del hábitat.

Respuestas y Desafíos Frente a la Expansión del Mal del Ciervo Zombie

La necesidad de una acción decisiva para mitigar los riesgos asociados con la CWD es clara. Esto incluye mejorar la vigilancia y el monitoreo para rastrear la propagación de la enfermedad, implementar medidas de bioseguridad estrictas para prevenir la transmisión adicional y promover prácticas de caza responsables. Además, se requiere más investigación para comprender mejor la dinámica de transmisión de la enfermedad, sus efectos ecológicos y las posibles implicaciones para la salud humana.

A pesar de que hasta la fecha no se han reportado casos de infección por CWD en personas, los estudios en animales sugieren que existe un riesgo para ciertos tipos de primates no humanos que consumen carne de animales infectados por CWD o entran en contacto con cerebros o fluidos corporales de ciervos o alces infectados. Desde 1997, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que es importante evitar que los agentes de todas las enfermedades priónicas conocidas ingresen a la cadena alimentaria humana.

"La posibilidad de que la CWD pueda infectar a humanos sigue siendo un punto de preocupación"

- Samuel J. White y Philippe B. Wilson, investigadores en Inmunología Genética y Salud Única, respectivamente.

Feb 20, 2024
Colglobal News

La enfermedad del desgaste crónico (CWD) ha sido detectada en más de 800 muestras de ciervos, alces y renos solo en Wyoming, evidenciando la magnitud y urgencia del problema. Los priones, causantes de esta enfermedad, son proteínas mal plegadas que inducen el mal plegamiento de proteínas normales en el cerebro, llevando a la degeneración neurológica. Esta característica hace que las enfermedades priónicas sean especialmente alarmantes, ya que son extremadamente resistentes y pueden persistir en el medio ambiente durante años, resistiendo métodos de desinfección tradicionales como el formaldehído, la radiación y la incineración a temperaturas extremas.

La propagación de la CWD no solo representa un riesgo ecológico significativo, sino que también plantea potenciales riesgos para la salud humana. Aunque no hay evidencia concluyente de que la CWD pueda infectar directamente a los humanos, la posibilidad sigue siendo un punto de preocupación. Enfermedades priónicas como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) en humanos y la enfermedad de las vacas locas en el ganado han demostrado que pueden cruzar la barrera de especies, con consecuencias devastadoras.

La falta de casos confirmados de CWD en humanos no disminuye las preocupaciones, ya que estudios han mostrado que los priones responsables de la CWD pueden infectar y propagarse dentro de células humanas en condiciones de laboratorio, elevando el espectro de una posible transmisión. Además, los humanos ya están inadvertidamente expuestos a animales potencialmente infectados al cazar y consumir su carne. Se estima que entre 7,000 y 15,000 animales infectados con CWD fueron consumidos anualmente por humanos en 2017, con proyecciones que indican un aumento anual del 20%.

La enfermedad del desgaste crónico (CWD) ha sido detectada en más de 800 muestras de ciervos, alces y renos solo en Wyoming, evidenciando la magnitud y urgencia del problema. Los priones, causantes de esta enfermedad, son proteínas mal plegadas que inducen el mal plegamiento de proteínas normales en el cerebro, llevando a la degeneración neurológica. Esta característica hace que las enfermedades priónicas sean especialmente alarmantes, ya que son extremadamente resistentes y pueden persistir en el medio ambiente durante años, resistiendo métodos de desinfección tradicionales como el formaldehído, la radiación y la incineración a temperaturas extremas.

La propagación de la CWD no solo representa un riesgo ecológico significativo, sino que también plantea potenciales riesgos para la salud humana. Aunque no hay evidencia concluyente de que la CWD pueda infectar directamente a los humanos, la posibilidad sigue siendo un punto de preocupación. Enfermedades priónicas como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) en humanos y la enfermedad de las vacas locas en el ganado han demostrado que pueden cruzar la barrera de especies, con consecuencias devastadoras.

La falta de casos confirmados de CWD en humanos no disminuye las preocupaciones, ya que estudios han mostrado que los priones responsables de la CWD pueden infectar y propagarse dentro de células humanas en condiciones de laboratorio, elevando el espectro de una posible transmisión. Además, los humanos ya están inadvertidamente expuestos a animales potencialmente infectados al cazar y consumir su carne. Se estima que entre 7,000 y 15,000 animales infectados con CWD fueron consumidos anualmente por humanos en 2017, con proyecciones que indican un aumento anual del 20%.

Algo Curioso
Aunque la CWD ha sido identificada en algunas áreas de América del Norte, incluyendo Canadá y Estados Unidos, así como en Noruega y Corea del Sur, hasta la fecha, no se han reportado casos de infección en humanos. Sin embargo, la posibilidad de transmisión a humanos, directa o indirectamente, sigue siendo un tema de investigación y preocupación.

La Amenaza Invisible: Cómo los Priones Desafían la Salud Pública y la Conservación

En respuesta a la creciente amenaza de la CWD, British Columbia ha implementado una estrategia para combatir su propagación, ordenando la prueba de cualquier ciervo, alce, caribú o muflón que haya muerto en carretera, tras confirmarse dos casos en el distrito de Kootenay. Esta enfermedad fatal, causada por priones, afecta el cerebro y el sistema nervioso de los cérvidos, dejándolos con síntomas como salivación excesiva, tambaleo, letargo y una mirada vacía. La provincia ha solicitado a los residentes que informen inmediatamente sobre cualquier cervatillo que parezca enfermo.

La presencia de CWD en Canadá no es nueva, habiéndose confirmado previamente en poblaciones de ciervos de granja en Saskatchewan, Alberta y Quebec, así como en ciervos salvajes en Manitoba. Sin embargo, un caso reciente confirmado en el Parque Nacional de Yellowstone ha intensificado las preocupaciones sobre el riesgo potencial que esta enfermedad podría representar para los humanos. Aunque no hay evidencia directa de transmisión a humanos, investigaciones previas en macacos sugieren que la transmisión de CWD entre primates es posible, lo que ha llevado a algunos expertos a advertir sobre la probabilidad de que eventualmente pueda afectar a los humanos.

La rápida expansión de la CWD a través de América del Norte y Escandinavia, y la posibilidad de que se vuelva más variable con el tiempo, ha generado alarmas sobre su potencial impacto en la salud humana. La preocupación radica no solo en la posibilidad de transmisión directa, sino también en la capacidad de la enfermedad para propagarse de humano a humano, un escenario considerado como el peor caso posible, similar a la transmisión de la influenza aviar entre humanos o el salto del COVID-19 a nuestra especie.

La enfermedad del desgaste crónico no solo plantea un riesgo para la salud de la fauna y potencialmente para los humanos, sino que también tiene implicaciones económicas y ecológicas significativas. La caza de ciervos, una actividad recreativa popular y una fuente vital de sustento para muchas comunidades, se ve amenazada por la proliferación de la CWD. La posibilidad de una disminución drástica en las poblaciones de ciervos compromete la seguridad alimentaria en las regiones afectadas y podría tener efectos en cascada en las comunidades vegetales, la salud del suelo y otras especies de vida silvestre que dependen de los ciervos como fuente de alimento o como modificadores del hábitat.

Respuestas y Desafíos Frente a la Expansión del Mal del Ciervo Zombie

La necesidad de una acción decisiva para mitigar los riesgos asociados con la CWD es clara. Esto incluye mejorar la vigilancia y el monitoreo para rastrear la propagación de la enfermedad, implementar medidas de bioseguridad estrictas para prevenir la transmisión adicional y promover prácticas de caza responsables. Además, se requiere más investigación para comprender mejor la dinámica de transmisión de la enfermedad, sus efectos ecológicos y las posibles implicaciones para la salud humana.

A pesar de que hasta la fecha no se han reportado casos de infección por CWD en personas, los estudios en animales sugieren que existe un riesgo para ciertos tipos de primates no humanos que consumen carne de animales infectados por CWD o entran en contacto con cerebros o fluidos corporales de ciervos o alces infectados. Desde 1997, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que es importante evitar que los agentes de todas las enfermedades priónicas conocidas ingresen a la cadena alimentaria humana.

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