Toomaj Salehi, una figura destacada en la música de protesta iraní, fue condenado a muerte recientemente, acusado de “corrupción en la tierra”, uno de los cargos más graves en Irán, por su música que criticaba abiertamente al gobierno iraní y por su activa participación en las protestas de 2022 tras la muerte en custodia policial de Mahsa Amini. Salehi, de 33 años, ha sido una voz prominente en la lucha contra la corrupción y la opresión, lo que lo llevó a ser un blanco directo del régimen.
Desde su detención en octubre de 2022, Salehi ha enfrentado múltiples arrestos y un trato severo en prisión, incluyendo tortura y confinamiento solitario, según informes de organizaciones de derechos humanos y su propio abogado. La comunidad internacional, incluidos artistas y entidades gubernamentales, ha denunciado su sentencia como un acto de represión brutal hacia la libertad artística y de expresión.
El caso de Salehi se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos humanos en Irán, con un amplio apoyo global pidiendo su liberación. Su música y sus videos, en los que insta a sus seguidores a protestar contra el régimen, han circulado ampliamente, aumentando su perfil internacional y, con ello, la presión sobre el gobierno iraní para que reconsidere su dura postura.
La reacción ante su condena ha sido unánime en el rechazo, y su abogado ha anunciado planes de apelar la sentencia. Mientras tanto, la movilización en las redes sociales y las manifestaciones en varias ciudades del mundo continúan, demostrando el impacto global de su caso y la preocupación internacional por la represión de voces disidentes en Irán.