La situación en Medio Oriente se encuentra en un punto crítico tras la reciente alerta de la Casa Blanca sobre un inminente ataque de Irán con misiles balísticos contra Israel. Esta advertencia se produce tras la incursión terrestre israelí en el sur de Líbano, como parte de la "Operación Northern Arrow", dirigida principalmente contra Hezbollah.
El gobierno de Estados Unidos ha reafirmado su apoyo defensivo a Israel, indicando que cualquier ataque directo por parte de Irán "tendrá graves consecuencias". El Comando Central de EE. UU. ha desplegado más escuadrones de aviones de combate en la región para reforzar la defensa israelí y disuadir posibles agresiones.
La capacidad ofensiva de Irán ha sido un tema de preocupación. Se estima que el ataque podría igualar o superar la envergadura del realizado en abril de 2024, cuando Irán lanzó más de 300 drones y misiles balísticos, de los cuales la mayoría fueron interceptados por las fuerzas israelíes y sus aliados.
En el marco de la Operación Northern Arrow, Israel ha bombardeado y realizado incursiones terrestres en el sur de Líbano, lo que ha provocado la evacuación de aproximadamente 30 aldeas, con instrucciones para que los residentes se desplacen al norte del río Awali, a unos 55 km de la frontera. Las consecuencias humanitarias son significativas; cerca de 1 millón de personas han sido desplazadas y hasta el momento se han recuperado 25 cuerpos, además de haberse rescatado 13 heridos desde el inicio de los ataques.
En una amenaza directa, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, afirmó que la muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un ataque israelí no quedará sin respuesta. Esta declaración se suma a una creciente serie de tensiones.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han elevado su estado de alerta a "máxima preparación" y han implementado medidas de seguridad adicionales, como restricciones en las reuniones públicas, para enfrentar cualquier contingencia. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha instado a la unidad en tiempos de crisis, mientras que el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, ha reafirmado el compromiso firme de Estados Unidos con la defensa de Israel.
El impacto de estas tensiones también ha repercutido en los mercados financieros. La incertidumbre ha provocado una caída de más de 250 puntos en el índice Dow Jones y ha impulsado el precio del petróleo en casi un 3%, alcanzando cerca de 70 dólares por barril.
Esta situación sigue evolucionando rápidamente y se recomienda a la población mantenerse informada sobre los desarrollos en la región. Las acciones de Irán e Israel y las respuestas de Estados Unidos continúan moldeando un panorama ya de por sí volátil.