Islandia, conocida por su impresionante geografía volcánica, enfrenta ahora una amenaza real de erupción tras una serie de terremotos que han provocado alarma a nivel nacional e internacional. La Oficina Meteorológica de Islandia ha registrado un aumento significativo en la actividad sísmica, especialmente en la península de Reykjanes, lo que ha llevado a las autoridades a evacuar la ciudad de Grindavík, situada a unos 50 kilómetros de la capital, Reikiavik.
La evacuación de Grindavík, una ciudad con una población de aproximadamente 3,669 personas, se realizó como medida preventiva después de que se detectaran cerca de 900 terremotos en un solo día. La ciudad es conocida internacionalmente por atracciones turísticas como la Laguna Azul, un spa geotérmico, y se encuentra a unos 24 kilómetros del único aeropuerto importante de Islandia. A pesar de la ausencia de amenazas inmediatas a la seguridad, las autoridades han establecido varios refugios más al este para los residentes que abandonaron sus hogares.
Aunque la evacuación se llevó a cabo sin incidentes, la policía permaneció en el área de Grindavík por razones de seguridad. Las imágenes mostraron grandes grietas en la tierra cerca de la ciudad el sábado, lo que subraya la seriedad de la situación. La Oficina Meteorológica de Islandia informó que, aunque la actividad sísmica ha disminuido ligeramente, la amenaza de una erupción volcánica sigue siendo alta.
La península de Reykjanes, donde se encuentra Grindavík, es una región geológicamente activa y ha sido objeto de un intenso monitoreo por parte de los científicos. La última erupción en esta área ocurrió hace más de 800 años, y la actual actividad sísmica ha reavivado los temores de una posible erupción. Los expertos han advertido que, aunque las erupciones en Islandia no son infrecuentes, la proximidad de esta actividad a áreas pobladas y a infraestructuras críticas como el aeropuerto de Keflavík plantea desafíos únicos.