El 26 de octubre de 2024, a las 2:30 AM hora local (22:30 GMT del 25 de octubre), Israel llevó a cabo una serie de ataques aéreos dirigidos a instalaciones militares en varias provincias iraníes, incluyendo Teherán, Juzestán e Ilam. La operación, bautizada como "Días de Arrepentimiento", involucró docenas de aviones de combate y tuvo una duración aproximada de cuatro horas.
Los objetivos de los ataques incluían instalaciones de fabricación de misiles y drones, así como sistemas de defensa aérea, resultando en al menos siete explosiones en Teherán y áreas circundantes como Karaj y Mashhad. Según informes proporcionados por un alto funcionario estadounidense, los ataques fueron "extensos" y "precisos". Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) justificaron la acción como una respuesta a los lanzamientos de 180 misiles por parte de Irán el 1 de octubre.
Como consecuencia de los ataques, se reportó la muerte de dos soldados iraníes. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán respondió declarando que los ataques israelíes violaban el derecho internacional y reafirmó el derecho de Irán a defenderse. La respuesta interna en Irán está dividida, con algunos miembros del parlamento, como Amir-Hossein Sabeti, sugiriendo una respuesta contundente contra Israel, mientras otros abogan por la prudencia dado que los ataques fueron limitados.
Irán también recibió mensajes de apoyo de varios países árabes, incluyendo Arabia Saudita, Omán, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos. Estos ataques aéreos marcan una escalada significativa en el conflicto, que ha visto una serie de represalias desde el ataque de Hamas el 7 de octubre, el cual resultó en la muerte de 1,200 israelíes y la captura de 250 personas.
El impacto humanitario de la guerra en Gaza ha sido devastador, con al menos 42,924 muertes reportadas en la región hasta la fecha, según el ministerio de salud de Hamas. La comunidad internacional, incluyendo a la Unión Europea y el Reino Unido, ha llamado a todas las partes a la moderación para evitar una escalada incontrolable. La administración de Joe Biden también ha expresado su preocupación por la posibilidad de un conflicto a gran escala en la región.