El gobierno israelí revocó la acreditación de ocho diplomáticos noruegos destacados en la Oficina de Representación de Noruega ante la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Esta medida se enmarca en un contexto de creciente tensión diplomática, surgida tras el reconocimiento formal del Estado de Palestina por parte de Noruega, España e Irlanda en mayo de 2024.
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La justificación de Israel para esta acción, proporcionada por el ministro de Exteriores, Israel Katz, se basa en la interpretación de que Noruega “recompensa a los asesinos y violadores de Hamás” al reconocer un Estado palestino. Además, Katz citó la adhesión de Noruega a una demanda en el Tribunal Penal Internacional (TPI), que acusa a líderes israelíes de crímenes de guerra, como otro motivo para la revocación.
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Los diplomáticos recibirán un aviso de revocación de su estatus dentro de los próximos siete días, acompañado de visados con una validez de tres meses para permitir una salida ordenada del país. Katz defendió la decisión como una respuesta necesaria a políticas percibidas como hostiles hacia Israel.
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El anuncio ha provocado una rápida respuesta por parte del gobierno noruego. Espen Barth Eide, ministro de Exteriores de Noruega, describió la medida como un “acto extremo” que deteriorará la capacidad de Noruega para brindar asistencia a la población palestina. Eide advirtió que este gesto tendrá “consecuencias” en las relaciones bilaterales y acusó al gobierno de Netanyahu de oponerse a una solución de dos Estados.
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El tema de los presuntos crímenes de guerra ha sido un punto de fricción significativa, especialmente luego de que el fiscal del TPI, Karim Khan, solicitara en mayo órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant. La solidaridad de Noruega con esta causa ha sido calificada por Katz como “infundada” y un intento de dañar la imagen de Israel.
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Este desarrollo se inserta en un patrón más amplio de tensiones con otros países europeos, como España e Irlanda, que también han reconocido recientemente al Estado palestino. Como parte de las medidas punitivas, Israel ha prohibido al consulado español en Jerusalén ofrecer servicios consulares a palestinos.
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La decisión ha generado condenas internacionales. Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, la calificó como “injustificada”, mientras que un portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. la definió como “contraproducente”, argumentando que obstruye los esfuerzos de Noruega para fomentar la cooperación entre Israel y la ANP.
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El revuelo diplomático subraya las profundidades de las divisiones sobre el reconocimiento del Estado palestino y las acciones judiciales internacionales contra Israel. Estas dinámicas continúan desafiando las relaciones bilaterales e internacionales de Israel, mientras la comunidad internacional observa atentamente el impacto de estas decisiones en la estabilidad regional. La revocación de acreditaciones diplomáticas es un procedimiento raro pero no sin precedentes en las relaciones internacionales y generalmente señala niveles significativos de tensión entre los países involucrados.