El reciente acuerdo de tregua entre Israel y Hamás, alcanzado tras intensas negociaciones mediadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos, establece una hoja de ruta de tres fases diseñadas para reducir la violencia en la región y liberar a rehenes capturados durante el conflicto.
En la primera fase, que abarcará un periodo de seis semanas, Hamás liberará a 33 rehenes, entre ellos mujeres, menores, enfermos, heridos y personas mayores de 50 años. A cambio, Israel retirará progresivamente sus tropas del norte de Gaza y liberará a 1,000 prisioneros palestinos. Cabe destacar que aquellos prisioneros involucrados en la matanza del 7 de octubre de 2023 no serán considerados para este intercambio.
La segunda fase comenzará a negociarse a partir del 16º día desde el inicio de la primera fase, centrando sus esfuerzos en la liberación de los restantes rehenes y la retirada del ejército israelí de varias zonas de Gaza. En la tercera y última fase, ambas partes discutirán el intercambio de cuerpos de rehenes fallecidos y establecerán un plan de reconstrucción para Gaza.
El acuerdo ha sido contextualizado por una creciente presión política, especialmente tras la inminente investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, lo que ha acelerado la urgencia de las negociaciones. Sin embargo, las críticas internas en el gobierno israelí, particularmente de sectores ultranacionalistas, han complicado el panorama.
A pesar de las tensiones, un acuerdo de alto el fuego ha sido alcanzado, aunque el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha señalado que aún se están ultimando detalles finales. El gabinete de seguridad de Israel se reunirá para aprobar el acuerdo el 16 de enero de 2025.
El conflicto ha tenido un alto costo humanitario, con más de 46,000 palestinos muertos, una gran parte de ellos civiles. La infraestructura en Gaza ha sido devastada y se estima que la mayoría de la población ha sido desplazada. La primera fase del acuerdo espera facilitar el regreso de cientos de miles de desplazados a sus hogares y permitir la entrada de ayuda humanitaria a la región, aunque los detalles sobre la cantidad de asistencia siguen sin precisarse.
Las familias de los rehenes han expresado alivio ante la noticia de la liberación, aunque persisten temores sobre la duración de las negociaciones y la posibilidad de que Hamás utilice el tiempo para reagruparse.
El éxito y la implementación de este acuerdo serán cruciales para la estabilidad futura en la región, representando un paso significativo hacia la reducción de la violencia.