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Jurado Absuelve a Jubilado de 84 Años en Mallorca por Matar a un Ladrón que Entró a su Casa

Pau Rigo, un anciano de 84 años, ha sido absuelto tras un largo proceso judicial en el que se le acusaba de matar a un ladrón que irrumpió en su vivienda en Porreres, Mallorca, en 2018. El veredicto final fue alcanzado por un jurado popular en un segundo juicio, donde se determinó que Rigo actuó en defensa propia.

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Jurado Absuelve a Jubilado de 84 Años en Mallorca por Matar a un Ladrón que Entró a su Casa

Pau Rigo, un anciano de 84 años, ha sido absuelto tras un largo proceso judicial en el que se le acusaba de matar a un ladrón que irrumpió en su vivienda en Porreres, Mallorca, en 2018. El veredicto final fue alcanzado por un jurado popular en un segundo juicio, donde se determinó que Rigo actuó en defensa propia.

“Disparé en un acto de defensa ante una amenaza inminente; no tenía intención de matar”

- Declaró Pau Rigo.

4/12/2024

En febrero de 2018, cuatro asaltantes irrumpieron en la vivienda de Pau Rigo en Porreres, Mallorca, con la intención de robar una suma considerable de dinero que Rigo guardaba en casa. Durante el asalto, los delincuentes obligaron al anciano a abrir una caja fuerte que contenía 15,000 euros en efectivo. Insatisfechos con la cantidad, los asaltantes comenzaron a golpearlo, exigiendo que revelara la ubicación de más dinero.

En un momento de confusión, Rigo logró acceder a una escopeta que tenía en su hogar y, a una distancia de aproximadamente 1.5 metros, disparó a uno de los asaltantes, matándolo. Inicialmente fue declarado culpable en un primer juicio después de que el jurado votara 5 a favor y 4 en contra de su culpabilidad, basándose en la premisa de que sus facultades mentales estaban afectadas durante el incidente. Sin embargo, este veredicto fue anulado al no alcanzarse el número mínimo de 7 votos requerido para una condena.

Posteriormente, un magistrado aplicó el principio "in dubio pro reo" y absolvió a Rigo debido a las dudas sobre su estado mental en el momento del suceso. La Fiscalía apeló esta decisión, lo que llevó a un segundo juicio. En esta ocasión, el jurado popular, compuesto por 6 mujeres y 3 hombres, dictaminó por unanimidad que Rigo actuó en defensa propia y lo declaró inocente.

En el mismo juicio, los tres asaltantes restantes fueron condenados a tres años de prisión por robo con violencia, reconociéndose las agravantes de disfraz y la atenuante de dilaciones indebidas. Además, se les impuso una indemnización conjunta de 15,000 euros a Pau Rigo. Uno de los ladrones, Fredy, quien era hermano del delincuente fallecido, fue adicionalmente sentenciado a 2 meses y 29 días de localización permanente por lesiones, debiendo indemnizar a Rigo con 25,500 euros por las secuelas causadas.

La sentencia definitiva fue emitida el 29 de noviembre de 2024, marcando así el fin de un proceso judicial que se extendió casi seis años. Aunque la decisión puede ser recurrida, se considera un cierre significativo a un caso que ha suscitado un amplio debate sobre la legítima defensa en España, especialmente en contextos de asalto domiciliario. Rigo subrayó que su intención no era matar, sino defenderse ante una amenaza inminente.

Algo Curioso

“Disparé en un acto de defensa ante una amenaza inminente; no tenía intención de matar”

- Declaró Pau Rigo.

Dec 4, 2024
Colglobal News

En febrero de 2018, cuatro asaltantes irrumpieron en la vivienda de Pau Rigo en Porreres, Mallorca, con la intención de robar una suma considerable de dinero que Rigo guardaba en casa. Durante el asalto, los delincuentes obligaron al anciano a abrir una caja fuerte que contenía 15,000 euros en efectivo. Insatisfechos con la cantidad, los asaltantes comenzaron a golpearlo, exigiendo que revelara la ubicación de más dinero.

En un momento de confusión, Rigo logró acceder a una escopeta que tenía en su hogar y, a una distancia de aproximadamente 1.5 metros, disparó a uno de los asaltantes, matándolo. Inicialmente fue declarado culpable en un primer juicio después de que el jurado votara 5 a favor y 4 en contra de su culpabilidad, basándose en la premisa de que sus facultades mentales estaban afectadas durante el incidente. Sin embargo, este veredicto fue anulado al no alcanzarse el número mínimo de 7 votos requerido para una condena.

Posteriormente, un magistrado aplicó el principio "in dubio pro reo" y absolvió a Rigo debido a las dudas sobre su estado mental en el momento del suceso. La Fiscalía apeló esta decisión, lo que llevó a un segundo juicio. En esta ocasión, el jurado popular, compuesto por 6 mujeres y 3 hombres, dictaminó por unanimidad que Rigo actuó en defensa propia y lo declaró inocente.

En el mismo juicio, los tres asaltantes restantes fueron condenados a tres años de prisión por robo con violencia, reconociéndose las agravantes de disfraz y la atenuante de dilaciones indebidas. Además, se les impuso una indemnización conjunta de 15,000 euros a Pau Rigo. Uno de los ladrones, Fredy, quien era hermano del delincuente fallecido, fue adicionalmente sentenciado a 2 meses y 29 días de localización permanente por lesiones, debiendo indemnizar a Rigo con 25,500 euros por las secuelas causadas.

La sentencia definitiva fue emitida el 29 de noviembre de 2024, marcando así el fin de un proceso judicial que se extendió casi seis años. Aunque la decisión puede ser recurrida, se considera un cierre significativo a un caso que ha suscitado un amplio debate sobre la legítima defensa en España, especialmente en contextos de asalto domiciliario. Rigo subrayó que su intención no era matar, sino defenderse ante una amenaza inminente.

En febrero de 2018, cuatro asaltantes irrumpieron en la vivienda de Pau Rigo en Porreres, Mallorca, con la intención de robar una suma considerable de dinero que Rigo guardaba en casa. Durante el asalto, los delincuentes obligaron al anciano a abrir una caja fuerte que contenía 15,000 euros en efectivo. Insatisfechos con la cantidad, los asaltantes comenzaron a golpearlo, exigiendo que revelara la ubicación de más dinero.

En un momento de confusión, Rigo logró acceder a una escopeta que tenía en su hogar y, a una distancia de aproximadamente 1.5 metros, disparó a uno de los asaltantes, matándolo. Inicialmente fue declarado culpable en un primer juicio después de que el jurado votara 5 a favor y 4 en contra de su culpabilidad, basándose en la premisa de que sus facultades mentales estaban afectadas durante el incidente. Sin embargo, este veredicto fue anulado al no alcanzarse el número mínimo de 7 votos requerido para una condena.

Posteriormente, un magistrado aplicó el principio "in dubio pro reo" y absolvió a Rigo debido a las dudas sobre su estado mental en el momento del suceso. La Fiscalía apeló esta decisión, lo que llevó a un segundo juicio. En esta ocasión, el jurado popular, compuesto por 6 mujeres y 3 hombres, dictaminó por unanimidad que Rigo actuó en defensa propia y lo declaró inocente.

En el mismo juicio, los tres asaltantes restantes fueron condenados a tres años de prisión por robo con violencia, reconociéndose las agravantes de disfraz y la atenuante de dilaciones indebidas. Además, se les impuso una indemnización conjunta de 15,000 euros a Pau Rigo. Uno de los ladrones, Fredy, quien era hermano del delincuente fallecido, fue adicionalmente sentenciado a 2 meses y 29 días de localización permanente por lesiones, debiendo indemnizar a Rigo con 25,500 euros por las secuelas causadas.

La sentencia definitiva fue emitida el 29 de noviembre de 2024, marcando así el fin de un proceso judicial que se extendió casi seis años. Aunque la decisión puede ser recurrida, se considera un cierre significativo a un caso que ha suscitado un amplio debate sobre la legítima defensa en España, especialmente en contextos de asalto domiciliario. Rigo subrayó que su intención no era matar, sino defenderse ante una amenaza inminente.

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