La decisión de la CIJ, anunciada el viernes, marca un momento crucial en el conflicto prolongado entre Israel y Palestina. La corte, en respuesta a la acusación presentada por Sudáfrica, dictaminó que Israel debe implementar medidas para evitar la muerte y destrucción en Gaza y prevenir actos que puedan ser calificados como genocidio. Aunque la corte no ordenó un cese al fuego, su fallo implica que Israel debe limitar sus acciones militares y garantizar la protección de los civiles en Gaza.
El fallo de la CIJ no es un veredicto sobre si Israel ha cometido genocidio, lo cual podría llevar años determinar. Sin embargo, la decisión es significativa ya que establece que la corte tiene jurisdicción para seguir adelante con el caso de genocidio presentado por Sudáfrica contra Israel. Las medidas provisionales buscan evitar que la crisis en Gaza empeore mientras avanza el caso.
Funcionarios israelíes han reaccionado con firmeza a la decisión, acusando a la corte de sesgo antisemita y expresando su descontento por el hecho de que el caso no haya sido desestimado por completo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó el compromiso de Israel con el derecho internacional y la defensa de su pueblo, calificando la acusación de genocidio contra Israel como falsa y ultrajante.