La familia real británica se enfrenta a un escándalo sin precedentes tras la divulgación de una fotografía de Catherine, la Princesa de Gales, y sus hijos, la cual ha sido criticada por su evidente edición. La imagen, destinada a apaciguar los rumores sobre el estado de salud y el paradero de la princesa, ha resultado tener el efecto contrario, alimentando aún más las especulaciones y desencadenando una crisis de credibilidad para la institución. Organizaciones de noticias internacionales y agencias de fotos como Associated Press retiraron la imagen de su distribución, citando violaciones a sus estándares editoriales tras identificar numerosas anomalías.
En medio de especulaciones rampantes sobre la salud de la Princesa de Gales, que se ha tomado un tiempo de sus deberes reales después de una cirugía abdominal en enero, el Palacio de Kensington publicó la controversial foto, supuestamente tomada por el Príncipe Guillermo. Sin embargo, en lugar de tranquilizar al público sobre el bienestar de Kate, la imagen ha intensificado los rumores y teorías de conspiración en línea, poniendo en duda la capacidad de la familia real para manejar su imagen pública con honestidad y transparencia.

Hay varios errores de edición evidentes en la imagen, incluyendo:
- La mano derecha de Kate está borrosa sin razón, lo que sugiere una edición pobre dado que es una foto estática y no debería tener partes borrosas si no hay movimiento.
- Falta un pedazo del suéter de la Princesa Charlotte, lo cual fue probablemente modificado con la herramienta de clonación de Photoshop para corregir la zona donde Kate la sostiene, mostrando una edición amateur.
- La ausencia del anillo de bodas de Kate es notable y extraña, considerando su significado y visibilidad usual.
- Distorsiones y omisiones en la ropa y sombras, incluyendo partes del suéter de Louis y la alineación incorrecta del cierre de la chaqueta de Kate, lo que sugiere una composición fotográfica poco natural.
El historiador real Ed Owens y expertos en medios han criticado la decisión de editar la fotografía, señalando que, aunque la manipulación de imágenes no es una práctica nueva en la historia de la realeza, en la era actual de desinformación y falsificaciones profundas, este acto mina gravemente la confianza pública. La aceptación tácita de la edición fotográfica por parte de la familia real plantea preguntas sobre su compromiso con la verdad y la autenticidad, pilares esenciales de su relación con el público y los medios de comunicación.