Las zonas azules son áreas específicas en el mundo donde las personas no solo viven más tiempo, sino que también mantienen una salud óptima en sus años dorados. Estas regiones, identificadas por Dan Buettner, incluyen comunidades en Japón, Italia, Grecia, Costa Rica y una comunidad de Adventistas del Séptimo Día en California. Aunque varios factores contribuyen a la longevidad en estas áreas, la dieta juega un papel crucial.
En Nicoya, Costa Rica, conocida por sus impresionantes vistas costeras al sur de la frontera con Nicaragua, los residentes han disfrutado de tres alimentos juntos durante al menos 6,000 años: frijoles, calabaza y maíz. Estos alimentos basados en plantas son fuentes económicas y prácticas de proteínas que han servido a los residentes de Nicoya hasta la vejez. A diferencia de la dieta occidental, donde la carne es la principal fuente de proteínas, estos alimentos proporcionan proteínas a bajo costo y sin el colesterol y la grasa saturada de la carne roja.
El maíz, en particular, ha sido un alimento básico en la dieta de Nicoya durante generaciones. Las familias tradicionalmente han hecho tortillas empapando granos de maíz en ceniza de madera. Estas tortillas son ricas en carbohidratos complejos, esenciales para mantener la energía. Además, el maíz por sí solo es rico en fibra, lo que significa que se digiere lentamente y te mantiene saciado.
Por otro lado, los frijoles negros contienen antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico. También proporcionan una fuente sustancial de proteínas para el crecimiento muscular y fibra para el manejo del azúcar en la sangre. Buettner destaca la importancia de los frijoles en su libro, mencionando que son el pilar de todas las dietas de longevidad en el mundo.