La digitalización de los sistemas educativos ha llevado a un abandono progresivo de la caligrafía tradicional, especialmente en países nórdicos como Suecia y Finlandia, que han sido pioneros en la integración de tecnologías en las aulas. Sin embargo, recientes investigaciones y debates académicos están poniendo en tela de juicio esta tendencia, destacando las ventajas significativas de la escritura manual sobre el teclado en términos de memorización y comprensión.
Un estudio publicado en la revista "Reading and Writing" en 2021 reveló que la retención de palabras aprendidas a través de la escritura manual es superior a la obtenida por medio del teclado. Este hallazgo es respaldado por experimentos adicionales, como uno publicado en "Human Movement Science" en 2006, que demostró que, aunque no se notaron diferencias inmediatas entre los métodos de aprendizaje manual y digital, con el tiempo, aquellos que utilizaron el teclado olvidaron gran parte de la información.
La escritura a mano no solo mejora la memoria, sino que también tiene efectos positivos en el aprendizaje de las letras, la lectura y la propia escritura. Karin James, profesora de Ciencias de la Psicología y del Cerebro de la Universidad de Indiana, ha dedicado su carrera al estudio de los efectos de la escritura tradicional en el cerebro, destacando su impacto beneficioso en diversos aspectos del aprendizaje.
Además, la escritura manual implica un movimiento más complejo y una secuencia que activa zonas del cerebro relacionadas con la comprensión de secuencias de ideas y pensamientos, según Manuel Martín-Loeches, catedrático de Psicobiología por la Universidad Complutense de Madrid. Este aspecto resalta la importancia de la caligrafía en el desarrollo cognitivo y psicomotor.