Salud

La Falta de Sueño Profundo Aumenta Riesgo de Demencia

Un estudio reciente ha revelado que la pérdida de sueño profundo, conocido como sueño de onda lenta, incrementa significativamente el riesgo de desarrollar demencia en personas mayores de 60 años.

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La Falta de Sueño Profundo Aumenta Riesgo de Demencia

Un estudio reciente ha revelado que la pérdida de sueño profundo, conocido como sueño de onda lenta, incrementa significativamente el riesgo de desarrollar demencia en personas mayores de 60 años.

"La disminución del sueño de onda lenta podría ser un factor modificable para prevenir la demencia"

- Según el estudio publicado en JAMA Neurology.

12/6/2024

Un estudio del 2023 arroja luz sobre el impacto de la falta de sueño profundo en el desarrollo de demencia en adultos mayores. Según los investigadores, la pérdida del sueño de onda lenta podría aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Los datos indican que los mayores de 60 años tienen un 27% más de probabilidades de desarrollar demencia si pierden solo el 1% de este sueño reparador cada año. El sueño de onda lenta, la tercera etapa de un ciclo de sueño humano de 90 minutos, es crucial para la reducción de las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, favoreciendo así la recuperación del cerebro y el cuerpo. El sueño de onda lenta representa entre el 20% y el 25% del tiempo total de sueño de un adulto promedio, una etapa crítica para la recuperación celular y la consolidación de la memoria.

El estudio abarcó a 346 participantes del Estudio del Corazón de Framingham, quienes realizaron dos estudios de sueño nocturno entre 1995 y 1998, y entre 2001 y 2003. La investigación encontró una relación directa entre la disminución anual del porcentaje de sueño de onda lenta y un aumento del 27% en el riesgo de demencia. Este riesgo aumentaba al 32% cuando se centraba específicamente en la enfermedad de Alzheimer. Estos hallazgos destacan la importancia del sueño de onda lenta en la salud cerebral y sugieren que mantener un sueño profundo adecuado podría ser una intervención preventiva clave.

Además de la demencia, bajos niveles de sueño profundo también están asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, el uso de varios medicamentos que afectan el sueño y la presencia del gen APOE ε4, que está vinculado a un riesgo más alto de Alzheimer. Sin embargo, los investigadores advierten que, aunque existe una asociación clara, el estudio no demuestra causalidad definitiva. Es posible que los procesos cerebrales que conducen a la demencia también contribuyan a la pérdida de sueño profundo, en lugar de que la falta de este sueño sea la causante directa.

El estudio, publicado en JAMA Neurology, subraya la importancia de priorizar un sueño adecuado para mejorar la salud cerebral a largo plazo y fortalecer la memoria. Este hallazgo resalta la necesidad de nuevas investigaciones para entender mejor cómo el sueño de onda lenta puede influir en el desarrollo de la demencia y otras afecciones neurodegenerativas. Los expertos sugieren que intervenimos en los factores del sueño modificables, podríamos potencialmente retrasar o prevenir la aparición de estos trastornos.

Algo Curioso

"La disminución del sueño de onda lenta podría ser un factor modificable para prevenir la demencia"

- Según el estudio publicado en JAMA Neurology.

Jun 12, 2024
Colglobal News

Un estudio del 2023 arroja luz sobre el impacto de la falta de sueño profundo en el desarrollo de demencia en adultos mayores. Según los investigadores, la pérdida del sueño de onda lenta podría aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Los datos indican que los mayores de 60 años tienen un 27% más de probabilidades de desarrollar demencia si pierden solo el 1% de este sueño reparador cada año. El sueño de onda lenta, la tercera etapa de un ciclo de sueño humano de 90 minutos, es crucial para la reducción de las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, favoreciendo así la recuperación del cerebro y el cuerpo. El sueño de onda lenta representa entre el 20% y el 25% del tiempo total de sueño de un adulto promedio, una etapa crítica para la recuperación celular y la consolidación de la memoria.

El estudio abarcó a 346 participantes del Estudio del Corazón de Framingham, quienes realizaron dos estudios de sueño nocturno entre 1995 y 1998, y entre 2001 y 2003. La investigación encontró una relación directa entre la disminución anual del porcentaje de sueño de onda lenta y un aumento del 27% en el riesgo de demencia. Este riesgo aumentaba al 32% cuando se centraba específicamente en la enfermedad de Alzheimer. Estos hallazgos destacan la importancia del sueño de onda lenta en la salud cerebral y sugieren que mantener un sueño profundo adecuado podría ser una intervención preventiva clave.

Además de la demencia, bajos niveles de sueño profundo también están asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, el uso de varios medicamentos que afectan el sueño y la presencia del gen APOE ε4, que está vinculado a un riesgo más alto de Alzheimer. Sin embargo, los investigadores advierten que, aunque existe una asociación clara, el estudio no demuestra causalidad definitiva. Es posible que los procesos cerebrales que conducen a la demencia también contribuyan a la pérdida de sueño profundo, en lugar de que la falta de este sueño sea la causante directa.

El estudio, publicado en JAMA Neurology, subraya la importancia de priorizar un sueño adecuado para mejorar la salud cerebral a largo plazo y fortalecer la memoria. Este hallazgo resalta la necesidad de nuevas investigaciones para entender mejor cómo el sueño de onda lenta puede influir en el desarrollo de la demencia y otras afecciones neurodegenerativas. Los expertos sugieren que intervenimos en los factores del sueño modificables, podríamos potencialmente retrasar o prevenir la aparición de estos trastornos.

Un estudio del 2023 arroja luz sobre el impacto de la falta de sueño profundo en el desarrollo de demencia en adultos mayores. Según los investigadores, la pérdida del sueño de onda lenta podría aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Los datos indican que los mayores de 60 años tienen un 27% más de probabilidades de desarrollar demencia si pierden solo el 1% de este sueño reparador cada año. El sueño de onda lenta, la tercera etapa de un ciclo de sueño humano de 90 minutos, es crucial para la reducción de las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, favoreciendo así la recuperación del cerebro y el cuerpo. El sueño de onda lenta representa entre el 20% y el 25% del tiempo total de sueño de un adulto promedio, una etapa crítica para la recuperación celular y la consolidación de la memoria.

El estudio abarcó a 346 participantes del Estudio del Corazón de Framingham, quienes realizaron dos estudios de sueño nocturno entre 1995 y 1998, y entre 2001 y 2003. La investigación encontró una relación directa entre la disminución anual del porcentaje de sueño de onda lenta y un aumento del 27% en el riesgo de demencia. Este riesgo aumentaba al 32% cuando se centraba específicamente en la enfermedad de Alzheimer. Estos hallazgos destacan la importancia del sueño de onda lenta en la salud cerebral y sugieren que mantener un sueño profundo adecuado podría ser una intervención preventiva clave.

Además de la demencia, bajos niveles de sueño profundo también están asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, el uso de varios medicamentos que afectan el sueño y la presencia del gen APOE ε4, que está vinculado a un riesgo más alto de Alzheimer. Sin embargo, los investigadores advierten que, aunque existe una asociación clara, el estudio no demuestra causalidad definitiva. Es posible que los procesos cerebrales que conducen a la demencia también contribuyan a la pérdida de sueño profundo, en lugar de que la falta de este sueño sea la causante directa.

El estudio, publicado en JAMA Neurology, subraya la importancia de priorizar un sueño adecuado para mejorar la salud cerebral a largo plazo y fortalecer la memoria. Este hallazgo resalta la necesidad de nuevas investigaciones para entender mejor cómo el sueño de onda lenta puede influir en el desarrollo de la demencia y otras afecciones neurodegenerativas. Los expertos sugieren que intervenimos en los factores del sueño modificables, podríamos potencialmente retrasar o prevenir la aparición de estos trastornos.

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