Mundo

La pérdida mundial de bosques alcanzó récord por incendios: el equivalente a 18 campos de fútbol por minuto

Los bosques del mundo sufrieron en 2024 una tasa de desaparición sin precedentes, perdiendo el equivalente a 18 campos de fútbol de cobertura forestal cada minuto, según un análisis global. Los incendios representaron casi la mitad de la destrucción, desplazando a la agricultura como principal causa en selvas tropicales por primera vez en los registros.

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La pérdida mundial de bosques alcanzó récord por incendios: el equivalente a 18 campos de fútbol por minuto

Los bosques del mundo sufrieron en 2024 una tasa de desaparición sin precedentes, perdiendo el equivalente a 18 campos de fútbol de cobertura forestal cada minuto, según un análisis global. Los incendios representaron casi la mitad de la destrucción, desplazando a la agricultura como principal causa en selvas tropicales por primera vez en los registros.

"Si esta tendencia continúa, podría transformar permanentemente áreas naturales críticas y liberar grandes cantidades de carbono, intensificando el cambio climático y alimentando incendios aún más extremos"

– Advirtió Peter Potapov, codirector del Laboratorio Global de Análisis y Descubrimiento de Tierras de la Universidad de Maryland.

22/5/2025

Durante 2024, el planeta perdió una cantidad récord de bosques, impulsada en gran medida por el incremento y la severidad de incendios forestales, según la actualización anual de la Universidad de Maryland y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés). El estudio indica que la superficie perdida abarcó 30 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo, de las cuales 6,7 millones correspondieron a selvas tropicales primarias —casi el doble que en 2023— y 6 millones específicamente a bosques tropicales primarios.


Por primera vez desde que existen registros, los incendios forestales superaron a la tala agrícola y ganadera como principal factor de deforestación en las selvas tropicales, generando casi la mitad de la pérdida total y emitiendo 4,1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, cifra más de cuatro veces superior a las emisiones de los vuelos comerciales globales de 2023. Mientras tanto, las actividades humanas como la agricultura y la ganadería incrementaron su impacto, con un aumento del 14 % en la tala para estos fines, el mayor incremento anual en casi una década.


Brasil, poseedor de la mayor extensión de bosque tropical, concentró el 42 % de la deforestación en bosques primarios en 2024. En este país, los incendios relacionados con la más intensa sequía registrada causaron el 66 % de la pérdida, un aumento superior a seis veces respecto a 2023. En Bolivia, la superficie forestal destruida casi se triplicó, luego de que quemas agrícolas descontroladas derivaran en incendios de gran escala por la sequía extrema.


En África Central, la República Democrática del Congo y la República del Congo reportaron las cifras más altas de deforestación registradas, como resultado de condiciones inusualmente cálidas y secas. En la República Democrática del Congo, la mayoría de la pérdida forestal está asociada a pobreza, alta demanda de recursos para alimentación y energía, y persistente inestabilidad, según Teodyl Nkuintchua, del WRI África.


El reporte señala que los bosques jugaban hasta ahora un papel crucial en la mitigación del cambio climático, absorbiendo más de una cuarta parte de las emisiones antropogénicas de carbono globales cada año. Tanto la Amazonía como la cuenca del Congo actúan como sumideros de carbono esenciales; su degradación intensifica el riesgo de alcanzar "puntos de inflexión" climáticos irreversibles.


Desde 2021, más de 140 países firmaron un acuerdo para detener y revertir la pérdida de bosques para 2030. Sin embargo, el informe destaca que en 17 de los 20 países con mayores extensiones de bosques primarios la deforestación ha aumentado desde la firma de ese compromiso.


Algunas regiones mostraron señales opuestas: Indonesia reportó una reducción del 11 % en la pérdida de bosque primario, revirtiendo la tendencia de incrementos entre 2021 y 2023, y en Malasia se observó una disminución del 13 %. Investigadores atribuyeron estos descensos a programas activos de restauración, clareos selectivos y quemas prescritas que contribuyeron a disminuir la intensidad de los incendios a pesar de la sequía.


Los datos utilizados en el estudio proceden de imágenes satelitales y están a disposición del público en la plataforma Global Forest Watch del WRI. Dominick Spracklen, académico de la Universidad de Leeds, consideró los hallazgos "increíblemente preocupantes" y remarcó que los bosques tropicales que antes no se incendiaban ahora son mucho más vulnerables debido al calentamiento global y a la degradación por actividades humanas.


La investigación subraya el rezago en los compromisos internacionales contra la deforestación y las dificultades para canalizar el financiamiento prometido por países desarrollados para la conservación de los bosques tropicales.

Algo Curioso

"Si esta tendencia continúa, podría transformar permanentemente áreas naturales críticas y liberar grandes cantidades de carbono, intensificando el cambio climático y alimentando incendios aún más extremos"

– Advirtió Peter Potapov, codirector del Laboratorio Global de Análisis y Descubrimiento de Tierras de la Universidad de Maryland.

May 22, 2025
Colglobal News

Durante 2024, el planeta perdió una cantidad récord de bosques, impulsada en gran medida por el incremento y la severidad de incendios forestales, según la actualización anual de la Universidad de Maryland y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés). El estudio indica que la superficie perdida abarcó 30 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo, de las cuales 6,7 millones correspondieron a selvas tropicales primarias —casi el doble que en 2023— y 6 millones específicamente a bosques tropicales primarios.


Por primera vez desde que existen registros, los incendios forestales superaron a la tala agrícola y ganadera como principal factor de deforestación en las selvas tropicales, generando casi la mitad de la pérdida total y emitiendo 4,1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, cifra más de cuatro veces superior a las emisiones de los vuelos comerciales globales de 2023. Mientras tanto, las actividades humanas como la agricultura y la ganadería incrementaron su impacto, con un aumento del 14 % en la tala para estos fines, el mayor incremento anual en casi una década.


Brasil, poseedor de la mayor extensión de bosque tropical, concentró el 42 % de la deforestación en bosques primarios en 2024. En este país, los incendios relacionados con la más intensa sequía registrada causaron el 66 % de la pérdida, un aumento superior a seis veces respecto a 2023. En Bolivia, la superficie forestal destruida casi se triplicó, luego de que quemas agrícolas descontroladas derivaran en incendios de gran escala por la sequía extrema.


En África Central, la República Democrática del Congo y la República del Congo reportaron las cifras más altas de deforestación registradas, como resultado de condiciones inusualmente cálidas y secas. En la República Democrática del Congo, la mayoría de la pérdida forestal está asociada a pobreza, alta demanda de recursos para alimentación y energía, y persistente inestabilidad, según Teodyl Nkuintchua, del WRI África.


El reporte señala que los bosques jugaban hasta ahora un papel crucial en la mitigación del cambio climático, absorbiendo más de una cuarta parte de las emisiones antropogénicas de carbono globales cada año. Tanto la Amazonía como la cuenca del Congo actúan como sumideros de carbono esenciales; su degradación intensifica el riesgo de alcanzar "puntos de inflexión" climáticos irreversibles.


Desde 2021, más de 140 países firmaron un acuerdo para detener y revertir la pérdida de bosques para 2030. Sin embargo, el informe destaca que en 17 de los 20 países con mayores extensiones de bosques primarios la deforestación ha aumentado desde la firma de ese compromiso.


Algunas regiones mostraron señales opuestas: Indonesia reportó una reducción del 11 % en la pérdida de bosque primario, revirtiendo la tendencia de incrementos entre 2021 y 2023, y en Malasia se observó una disminución del 13 %. Investigadores atribuyeron estos descensos a programas activos de restauración, clareos selectivos y quemas prescritas que contribuyeron a disminuir la intensidad de los incendios a pesar de la sequía.


Los datos utilizados en el estudio proceden de imágenes satelitales y están a disposición del público en la plataforma Global Forest Watch del WRI. Dominick Spracklen, académico de la Universidad de Leeds, consideró los hallazgos "increíblemente preocupantes" y remarcó que los bosques tropicales que antes no se incendiaban ahora son mucho más vulnerables debido al calentamiento global y a la degradación por actividades humanas.


La investigación subraya el rezago en los compromisos internacionales contra la deforestación y las dificultades para canalizar el financiamiento prometido por países desarrollados para la conservación de los bosques tropicales.

Durante 2024, el planeta perdió una cantidad récord de bosques, impulsada en gran medida por el incremento y la severidad de incendios forestales, según la actualización anual de la Universidad de Maryland y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés). El estudio indica que la superficie perdida abarcó 30 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo, de las cuales 6,7 millones correspondieron a selvas tropicales primarias —casi el doble que en 2023— y 6 millones específicamente a bosques tropicales primarios.


Por primera vez desde que existen registros, los incendios forestales superaron a la tala agrícola y ganadera como principal factor de deforestación en las selvas tropicales, generando casi la mitad de la pérdida total y emitiendo 4,1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, cifra más de cuatro veces superior a las emisiones de los vuelos comerciales globales de 2023. Mientras tanto, las actividades humanas como la agricultura y la ganadería incrementaron su impacto, con un aumento del 14 % en la tala para estos fines, el mayor incremento anual en casi una década.


Brasil, poseedor de la mayor extensión de bosque tropical, concentró el 42 % de la deforestación en bosques primarios en 2024. En este país, los incendios relacionados con la más intensa sequía registrada causaron el 66 % de la pérdida, un aumento superior a seis veces respecto a 2023. En Bolivia, la superficie forestal destruida casi se triplicó, luego de que quemas agrícolas descontroladas derivaran en incendios de gran escala por la sequía extrema.


En África Central, la República Democrática del Congo y la República del Congo reportaron las cifras más altas de deforestación registradas, como resultado de condiciones inusualmente cálidas y secas. En la República Democrática del Congo, la mayoría de la pérdida forestal está asociada a pobreza, alta demanda de recursos para alimentación y energía, y persistente inestabilidad, según Teodyl Nkuintchua, del WRI África.


El reporte señala que los bosques jugaban hasta ahora un papel crucial en la mitigación del cambio climático, absorbiendo más de una cuarta parte de las emisiones antropogénicas de carbono globales cada año. Tanto la Amazonía como la cuenca del Congo actúan como sumideros de carbono esenciales; su degradación intensifica el riesgo de alcanzar "puntos de inflexión" climáticos irreversibles.


Desde 2021, más de 140 países firmaron un acuerdo para detener y revertir la pérdida de bosques para 2030. Sin embargo, el informe destaca que en 17 de los 20 países con mayores extensiones de bosques primarios la deforestación ha aumentado desde la firma de ese compromiso.


Algunas regiones mostraron señales opuestas: Indonesia reportó una reducción del 11 % en la pérdida de bosque primario, revirtiendo la tendencia de incrementos entre 2021 y 2023, y en Malasia se observó una disminución del 13 %. Investigadores atribuyeron estos descensos a programas activos de restauración, clareos selectivos y quemas prescritas que contribuyeron a disminuir la intensidad de los incendios a pesar de la sequía.


Los datos utilizados en el estudio proceden de imágenes satelitales y están a disposición del público en la plataforma Global Forest Watch del WRI. Dominick Spracklen, académico de la Universidad de Leeds, consideró los hallazgos "increíblemente preocupantes" y remarcó que los bosques tropicales que antes no se incendiaban ahora son mucho más vulnerables debido al calentamiento global y a la degradación por actividades humanas.


La investigación subraya el rezago en los compromisos internacionales contra la deforestación y las dificultades para canalizar el financiamiento prometido por países desarrollados para la conservación de los bosques tropicales.

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