La ciudad de Pervomaisk, ubicada en el sur de Ucrania, ha vuelto al centro de la discusión internacional debido al resurgimiento del debate sobre el rearme nuclear del país. Durante la era soviética, Pervomaisk fue uno de los últimos bastiones de armamento nuclear. En 1991, con la independencia de Ucrania, el país heredó un vasto arsenal nuclear que incluía 176 misiles balísticos estratégicos y tácticos, una cantidad que lo convirtió en la tercera potencia nuclear del mundo, únicamente superada por Rusia y Estados Unidos.
Sin embargo, en 1994, Ucrania firmó el Memorando de Budapest, comprometiéndose a devolver su arsenal a Rusia a cambio de garantías de seguridad. La última lanzadera de misiles intercontinentales ucraniana fue desactivada en 2001, y las ojivas nucleares fueron retiradas en la década de los noventa.
En tiempos recientes, la tensión ha aumentado. El 21 de noviembre de 2024, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó un ataque contra la planta de misiles Pivdenmash en Dnipró, utilizando un nuevo misil balístico hipersónico conocido como Oréshnik. La acción ha profundizado las preocupaciones sobre la capacidad de Ucrania para defenderse y ha llevado a Putin a advertir que se realizarían más ataques si Ucrania continuaba utilizando misiles de largo alcance occidentales.
En medio de esta escalada, el Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Ucrania ha elaborado un informe revelador: el país tiene los recursos para producir bombas nucleares tácticas en cuestión de meses. Se estima que Ucrania posee suficiente material radioactivo para fabricar hasta un centenar de estas bombas.
Las declaraciones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha afirmado que Ucrania necesita armas nucleares para su protección o debe unirse a una alianza efectiva como la OTAN, han reavivado el debate sobre el armamento nuclear. La percepción entre los ciudadanos de Pervomaisk es que haber renunciado a su arsenal nuclear fue un error. Muchos, incluidos exmilitares, creen que si Ucrania hubiera mantenido sus armas nucleares, podría haber disuadido la invasión rusa.
Esta situación ha llevado a un intenso debate sobre la posibilidad de que Ucrania vuelva a armarse con capacidades nucleares, aunque el gobierno ha negado tener planes concretos en ese sentido. No obstante, la discusión sobre la reactivación de las capacidades nucleares de Ucrania está lejos de concluir.