La reciente desclasificación de documentos del gobierno de Jimmy Carter ha sacudido el entendimiento público de las relaciones colombo-americanas en la década de 1970. Estos papeles, que fueron clasificados como ultrasecretos, contienen información detallada sobre cómo el narcotráfico se infiltró en las más altas esferas del gobierno colombiano, particularmente durante la presidencia de Alfonso López Michelsen. La lista negra de Carter, como se ha denominado, incluye a más de treinta altos funcionarios colombianos que supuestamente tenían vínculos con redes de narcotráfico.

El documento revela que personajes clave como el general Abraham Varón Valencia, entonces ministro de Defensa, y Óscar Montoya Montoya, ministro de Trabajo, estaban presuntamente involucrados en actividades de narcotráfico. Estas revelaciones sugieren que Varón Valencia recibía sobornos por facilitar el contrabando de narcóticos y Montoya discutía abiertamente sobre el tráfico ilícito de cocaína y café con conocidos narcotraficantes.
Además, el informe menciona a Humberto Cardona Orozco, jefe de la Industria Militar Colombiana (INDUMIL), y Harold Lozano Jaramillo, jefe de inteligencia de la Policía en Cali, implicando a ambos en actividades corruptas relacionadas con el narcotráfico. Este entramado de corrupción no solo facilitaba las operaciones de narcotráfico sino que también ponía en riesgo la seguridad nacional tanto de Colombia como de Estados Unidos.