La odisea de Camila Gómez comenzó en la localidad de Chiloé, desde donde se propuso alcanzar el Palacio de La Moneda en Santiago para entregar una carta al presidente Gabriel Boric. Su hijo Tomás, de apenas cinco años, enfrenta una dura batalla contra la Distrofia Muscular de Duchenne, una condición degenerativa que requiere un tratamiento de $3.500 millones de pesos. A través de la lluvia y el viento, Camila ha caminado más de 800 kilómetros, recibiendo el apoyo emocional y económico de cientos de chilenos que se han sumado a su causa.
La joven madre asegura que no ha recibido ninguna respuesta del Ministerio de Salud, lo que la motiva a continuar con más fuerza. Acompañada por Marcos Reyes, presidente de la agrupación Familias Duchenne Chile, Camila sigue adelante con su cometido, sin importar los desafíos naturales y personales que se le presentan día tras día en la carretera.
El objetivo de esta cruzada no es solo recaudar los fondos necesarios, sino también visibilizar la lucha que enfrentan muchos niños en Chile con esta enfermedad rara. Al no existir una cobertura médica adecuada ni apoyo gubernamental, familias como la de Tomás se ven obligadas a tomar medidas extremas para asegurar el bienestar de sus seres queridos.
A medida que avanza su jornada, la solidaridad se manifiesta en cada paso que da Camila. Lugareños de diversas regiones se han acercado a ofrecer comida, refugio e incluso tratamientos médicos para aliviar las dolencias físicas derivadas de la intensa caminata. Cada gesto de apoyo representa un rayo de esperanza en su largo viaje hacia la capital.