Colombia fue escenario de multitudinarias manifestaciones organizadas en varias ciudades en rechazo a la negación de la reforma laboral en el Congreso. La jornada fue declarada cívica por el presidente Gustavo Petro, buscando fomentar la participación en las movilizaciones.

La jornada inició en la capital, Bogotá, a las 9 de la mañana, donde se congregaron, entre otros grupos, aproximadamente 1,500 indígenas que viajaron cientos de kilómetros desde sus territorios para participar. La Plaza de Bolívar se convirtió en el punto de encuentro de los manifestantes, quienes marcharon a lo largo de 40 cuadras mientras la Comisión Séptima del Senado se preparaba para votar sobre la permanencia o el archivo de la reforma laboral presentada en 2023.

La representante a la Cámara María Fernanda Carrascal resaltó que las movilizaciones son fundamentales para defender los derechos de los ciudadanos y reclamó a la oposición la falta de escucha hacia las demandas populares. Por su parte, la senadora María José Pizarro respaldó la marcha, declarando que la intención del Senado de rechazar el proyecto iba en contra de la voluntad del pueblo colombiano.

La reforma, que había sido aprobada previamente en junio de 2024 con importantes modificaciones, puso como prioridad los beneficios individuales para los trabajadores, sacrificando en su redacción inicial apartados que fortalecían a los sindicatos. Estos cambios fueron liderados por Gloria Inés Ramírez, exministra de Trabajo, quien actuó como mediadora durante el proceso legislativo.

Sin embargo, desde la semana anterior, ocho de los 14 miembros de la Comisión Séptima del Senado firmaron una propuesta para archivar la reforma, argumentando que tendría consecuencias negativas para el empleo, sin resolver adecuadamente los desafíos de los trabajadores informales que representan más del 50% de la fuerza laboral del país. Esta postura generó tensiones, con acusaciones por parte de los legisladores y activistas de que el Congreso no representaba adecuadamente a la población trabajadora.

En paralelo a las movilizaciones, el presidente Gustavo Petro ofreció un discurso desde la Plaza de Bolívar, donde instó a los ciudadanos a "rebelarse contra la tiranía" y a considerar la posibilidad de una consulta popular. Este mecanismo constitucional, que según registros previos nunca se ha activado por un presidente, requeriría la participación de al menos 13,654,457 votantes. El reto es considerable, puesto que los índices de abstención en el país rondan el 60%, incluso en elecciones presidenciales.

Mientras se esperaba la decisión final de la Comisión, el dirigente indígena Gerardo Jumí, de la Organización Nacional Indígena de Colombia, advirtió sobre la realización de futuras movilizaciones más contundentes si la reforma era archivada, subrayando que esto significaría un perjuicio directo para los colombianos. "El Congreso está lastimando el bienestar del pueblo", afirmó Jumí.
