El forense Ahmad Dhaher, quien examinó cinco de los cuerpos en el hospital Nasser en Jan Yunis, ha revelado que los disparos realizados a los restos de los 15 rescatistas palestinos fueron efectuados a corta distancia y dirigidos intencionalmente hacia la cabeza, el corazón y el torso. Según su informe, uno de los cadáveres presentaba entre seis y siete heridas de bala en el torso, mientras que en otros casos, los disparos se concentraron en las articulaciones como tobillos, codos, muñecas y hombros. De los cuerpos examinados, solo en una víctima no se pudo determinar la causa exacta de la muerte debido a la mutilación provocada por animales.
Las víctimas, entre las que se encontraban ocho trabajadores de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina, seis de la Defensa Civil Palestina y un empleado de la UNRWA (agencia de ayuda de la ONU), fueron atacadas mientras realizaban una misión humanitaria para evacuar civiles heridos y muertos en la ciudad de Rafah el 23 de marzo. Una excavadora enterró sus cuerpos junto a los vehículos aplastados tras el ataque.
Munther Abed, un voluntario de la Media Luna Roja y único sobreviviente del ataque, aseguró que los vehículos humanitarios cumplían con las normativas de seguridad, en contraste con las afirmaciones del gobierno israelí, que señaló que dispararon a los vehículos por acercarse sospechosamente a las tropas israelíes sin luces ni señales de emergencia. Abed sobrevivió lanzándose al suelo de la ambulancia, la cual fue atacada primero.
Testigos del hallazgo señalaron que algunos cuerpos presentaban manos y piernas atadas, lo que sugiere un nivel de detención antes de su ejecución. No obstante, Dhaher aclara que en los cuerpos revisados no se encontró evidencia de ataduras debido al avanzado estado de descomposición.
Este incidente ocurre en un contexto de escalada de violencia en Gaza tras el fin del alto el fuego el mes pasado. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, manifestó intenciones de "dividir" el territorio, y el ministro de Defensa, Israel Katz, anunció una intensificación de la campaña contra Hamás. Desde el 7 de octubre de 2023, cuando inició este conflicto tras un ataque de Hamás que dejó 1,200 israelíes muertos, más de 1,000 trabajadores médicos han perdido la vida en Gaza. Un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU considera que los bombardeos sobre hospitales y otras instalaciones de rescate califican como posibles crímenes de guerra.
Durante las últimas 24 horas, los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 40 personas, incluidos casi una docena de niños, según fuentes hospitalarias. La situación ha llevado a expertos y organizaciones internacionales a exigir rendición de cuentas por estas acciones, que según el secretario británico David Lammy, convierten a Gaza en el área más peligrosa para trabajadores humanitarios.
Una investigación previa del Guardian relacionó este tipo de ataques con una estrategia más amplia en el conflicto. Por su parte, las autoridades israelíes justifican sus acciones señalando que, en su operación del 23 de marzo, eliminaron a un presunto operativo militar de Hamás, Mohammad Amin Ibrahim Shubaki, y a ocho "terroristas", aunque Shubaki no figura entre los cuerpos encontrados en la fosa común.