En el marco de un evento celebrado el 24 de septiembre de 2024 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la actriz estadounidense Meryl Streep denunció las estrictas restricciones del Talibán contra las mujeres y niñas en Afganistán. Streep deploró que los derechos de las mujeres y niñas hayan sido tan restringidos que incluso las ardillas tienen más libertades en comparación.
Desde que el Talibán recuperó el control en agosto de 2021, han impuesto prohibiciones que afectan profundamente la vida cotidiana de las mujeres afganas, incluyendo la clausura de parques públicos y la prohibición de asistir a escuelas, trabajar fuera de casa o aparecer en público sin una razón justificable. Streep recalcó que mientras "en Kabul un pájaro puede cantar, una niña no puede, y una mujer tampoco puede en público", describiendo la situación como una "sofocación" de los derechos de las mujeres.

Además, el Talibán ha implementado recientemente nuevas leyes de "vicio y virtud" que exigen que las mujeres se cubran completamente al salir de sus hogares y les prohíben levantar la voz en público o cantar. Estas regulaciones han sido calificadas por las Naciones Unidas como una forma de "apartheid de género".
Activistas afganas como Asila Wardak, del Foro de Mujeres sobre Afganistán, se unieron a Streep en la petición a la comunidad internacional para que actúen contra estas medidas opresivas. Solicitaron que el tratamiento del Talibán hacia las mujeres sea reconocido como un crimen contra la humanidad, enmarcándolo dentro de la lucha global contra el extremismo.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, también intervino en el evento, subrayando que Afganistán no puede alcanzar su pleno potencial en la comunidad internacional sin la participación activa de mujeres educadas. Guterres destacó los efectos negativos de la discriminación contra las mujeres en la estabilidad y progreso general del país.

A pesar de las declaraciones de condena, un portavoz del Talibán afirmó que respetan los derechos de las mujeres según la ley islámica y que muchas mujeres están empleadas en diversos sectores. Sin embargo, la comunidad internacional, especialmente las naciones occidentales, ha rechazado estas afirmaciones, argumentando que las acciones del Talibán contradicen sus promesas iniciales respecto a los derechos y la educación de las mujeres.
Este debate en la ONU refleja las preocupaciones persistentes sobre la gobernanza del Talibán y la necesidad urgente de una intervención internacional para proteger los derechos de las mujeres y niñas afganas. Las restricciones impuestas desde agosto de 2021 han tenido un impacto devastador en la vida de muchas mujeres, aislándolas de la educación, el trabajo y la participación en la vida pública.
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