Mundo

Rusia Clasifica Oficialmente al Movimiento LGBT Como Extremista y Terrorista

Rusia ha añadido oficialmente al "movimiento LGBT internacional" a su lista de organizaciones extremistas y terroristas, una medida que refleja la creciente represión contra las libertades civiles en el país, especialmente tras su involucramiento en el conflicto ucraniano.

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Rusia Clasifica Oficialmente al Movimiento LGBT Como Extremista y Terrorista

Rusia ha añadido oficialmente al "movimiento LGBT internacional" a su lista de organizaciones extremistas y terroristas, una medida que refleja la creciente represión contra las libertades civiles en el país, especialmente tras su involucramiento en el conflicto ucraniano.

"La inclusión en esta lista significa un retroceso alarmante en los derechos humanos y la libertad de expresión en Rusia"

- Afirmó un activista de derechos humanos, que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.

23/3/2024

Rusia ha marcado un giro conservador alarmante con la adición del "movimiento LGBT internacional" a su lista de organizaciones extremistas y terroristas, según informaron fuentes oficiales rusas. Esta clasificación, ejecutada por el organismo de vigilancia financiera Rosfinmonitoring, le permite congelar cuentas bancarias de entidades y personas asociadas, aunque no se han especificado nombres en la lista publicada. La medida sigue a una decisión de la Corte Suprema de Rusia en noviembre pasado, que calificó de extremistas a los activistas LGBTQ+, prohibiendo efectivamente el activismo LGBTQ+ en todo el territorio ruso.

Desde el inicio de la ofensiva en Ucrania en 2022, el Kremlin ha endurecido su postura contra lo que considera "propaganda gay", extendiendo una ley previa que ya la prohibía entre menores. Esta legislación ha prohibido cualquier representación de relaciones sexuales "no tradicionales" en público y en los medios de comunicación, elevando las tensiones dentro de la comunidad LGBTQ+ rusa y entre los activistas de derechos humanos globales.

Además de restringir severamente las libertades civiles, la inclusión de la comunidad LGBT en la lista de entidades extremistas y terroristas simboliza una escalada en la represión estatal, particularmente desde la perspectiva del Kremlin, que ve en el conflicto ucraniano un campo de batalla ideológico contra Occidente. Esta acción refleja una continuación del endurecimiento de políticas contra grupos y organizaciones considerados contrarios a los valores tradicionales promovidos por el estado ruso.

La reciente decisión de un tribunal ruso de ordenar la detención preventiva de dos empleados de un bar gay, acusados de organizar una "organización extremista", marca un precedente preocupante. Es el primer caso de este tipo desde la decisión de la Corte Suprema y señala un aumento en la vigilancia y control sobre la comunidad LGBT y sus espacios de reunión.

Algo Curioso
A pesar de la creciente represión en Rusia, la comunidad LGBT y sus aliados continúan resistiendo y organizando eventos clandestinos y redes de apoyo para ayudarse mutuamente, demostrando su resiliencia frente a la adversidad.

Expansión de Restricciones y Impacto en la Comunidad LGBT

Las autoridades rusas han intensificado sus esfuerzos para silenciar cualquier forma de disidencia o alternatividad, apuntando no solo al movimiento LGBT, sino también a otras entidades y organizaciones bajo el amplio manto de "extremismo". La lista negra administrada por Rosfinmonitoring ahora abarca aproximadamente 14,000 individuos y grupos, incluyendo organizaciones terroristas reconocidas globalmente como al-Qaeda y empresas tecnológicas prominentes como Meta, propietaria de Facebook e Instagram.

La inclusión del movimiento LGBT en esta lista se alinea con las políticas más amplias de Rusia de reprimir la "propaganda gay", un término que el estado utiliza para describir la expresión de relaciones sexuales no tradicionales. Esta política ha sido un punto de controversia significativo, con la ley contra la propaganda gay que se extendió en 2022 para cubrir no solo a menores, sino también a adultos, efectivamente haciendo ilegal la manifestación pública de la homosexualidad y la identidad de género no tradicional.

El impacto de estas políticas ha sido profundamente negativo para la comunidad LGBT rusa, que ha visto cómo sus derechos y libertades se han erosionado constantemente en los últimos años. La detención de empleados de un bar gay bajo cargos de extremismo indica un endurecimiento aún mayor de las restricciones y un ambiente cada vez más hostil para la comunidad LGBT en Rusia. Estas acciones han provocado la condena y preocupación internacional, subrayando la creciente brecha entre Rusia y las normativas de derechos humanos globales.

Las restricciones extendidas y la clasificación del movimiento LGBT como extremista han llevado a un aumento en los informes de discriminación, violencia y persecución contra individuos LGBT en Rusia. Organizaciones de derechos humanos han documentado varios casos de abusos, incluyendo arrestos arbitrarios, violencia física y acoso psicológico, lo que resalta el clima de miedo y represión que enfrenta la comunidad LGBT en el país.

Contraste entre la Clasificación de Extremismo y el Verdadero Terror en Moscú

En un giro irónico de los acontecimientos, mientras Rusia clasifica al movimiento LGBT como extremista, Moscú enfrentó un ataque terrorista real y devastador. En la sala de conciertos Crocus City Hall, un atentado llevado a cabo por el Estado Islámico Khorasan resultó en la muerte de al menos 133 personas, incluyendo niños, marcando uno de los ataques más mortales en el país en décadas. Este brutal ataque pone en perspectiva la reciente decisión de Rusia de etiquetar a grupos activistas como extremistas, contrastando fuertemente con la manifestación palpable y letal del verdadero terrorismo.

Las autoridades rusas han arrestado a 11 sospechosos relacionados con el atentado, que no solo dejó un alto número de muertes sino también más de 140 heridos. Los atacantes, equipados con armas y explosivos, ejecutaron un plan meticulosamente coordinado, causando una masacre en un evento público, lo que ha llevado a un reexamen crítico de las medidas de seguridad nacional en Rusia. El presidente Vladimir Putin ha prometido castigo severo para los responsables, en medio de un ambiente de duelo nacional y shock internacional.

El contraste entre el tratamiento del movimiento LGBT como una amenaza "extremista" y el ataque terrorista real subraya una discrepancia alarmante en la percepción y gestión de las amenazas por parte del gobierno ruso. Mientras las políticas internas se centran en suprimir la libertad de expresión y los derechos de las minorías, eventos como el ataque en Crocus City Hall revelan las amenazas externas y más inmediatas que enfrenta la sociedad rusa.

Este acto de terrorismo, comparado con la pacífica expresión de identidad del movimiento LGBT, plantea preguntas sobre la dirección de las políticas de seguridad y los verdaderos desafíos para la estabilidad y la seguridad pública en Rusia. El incidente ha provocado un debate internacional sobre la eficacia de las estrategias antiterroristas rusas y ha intensificado el escrutinio sobre la definición y tratamiento del extremismo por parte de Rusia.

"La inclusión en esta lista significa un retroceso alarmante en los derechos humanos y la libertad de expresión en Rusia"

- Afirmó un activista de derechos humanos, que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.

Mar 23, 2024
Colglobal News

Rusia ha marcado un giro conservador alarmante con la adición del "movimiento LGBT internacional" a su lista de organizaciones extremistas y terroristas, según informaron fuentes oficiales rusas. Esta clasificación, ejecutada por el organismo de vigilancia financiera Rosfinmonitoring, le permite congelar cuentas bancarias de entidades y personas asociadas, aunque no se han especificado nombres en la lista publicada. La medida sigue a una decisión de la Corte Suprema de Rusia en noviembre pasado, que calificó de extremistas a los activistas LGBTQ+, prohibiendo efectivamente el activismo LGBTQ+ en todo el territorio ruso.

Desde el inicio de la ofensiva en Ucrania en 2022, el Kremlin ha endurecido su postura contra lo que considera "propaganda gay", extendiendo una ley previa que ya la prohibía entre menores. Esta legislación ha prohibido cualquier representación de relaciones sexuales "no tradicionales" en público y en los medios de comunicación, elevando las tensiones dentro de la comunidad LGBTQ+ rusa y entre los activistas de derechos humanos globales.

Además de restringir severamente las libertades civiles, la inclusión de la comunidad LGBT en la lista de entidades extremistas y terroristas simboliza una escalada en la represión estatal, particularmente desde la perspectiva del Kremlin, que ve en el conflicto ucraniano un campo de batalla ideológico contra Occidente. Esta acción refleja una continuación del endurecimiento de políticas contra grupos y organizaciones considerados contrarios a los valores tradicionales promovidos por el estado ruso.

La reciente decisión de un tribunal ruso de ordenar la detención preventiva de dos empleados de un bar gay, acusados de organizar una "organización extremista", marca un precedente preocupante. Es el primer caso de este tipo desde la decisión de la Corte Suprema y señala un aumento en la vigilancia y control sobre la comunidad LGBT y sus espacios de reunión.

Rusia ha marcado un giro conservador alarmante con la adición del "movimiento LGBT internacional" a su lista de organizaciones extremistas y terroristas, según informaron fuentes oficiales rusas. Esta clasificación, ejecutada por el organismo de vigilancia financiera Rosfinmonitoring, le permite congelar cuentas bancarias de entidades y personas asociadas, aunque no se han especificado nombres en la lista publicada. La medida sigue a una decisión de la Corte Suprema de Rusia en noviembre pasado, que calificó de extremistas a los activistas LGBTQ+, prohibiendo efectivamente el activismo LGBTQ+ en todo el territorio ruso.

Desde el inicio de la ofensiva en Ucrania en 2022, el Kremlin ha endurecido su postura contra lo que considera "propaganda gay", extendiendo una ley previa que ya la prohibía entre menores. Esta legislación ha prohibido cualquier representación de relaciones sexuales "no tradicionales" en público y en los medios de comunicación, elevando las tensiones dentro de la comunidad LGBTQ+ rusa y entre los activistas de derechos humanos globales.

Además de restringir severamente las libertades civiles, la inclusión de la comunidad LGBT en la lista de entidades extremistas y terroristas simboliza una escalada en la represión estatal, particularmente desde la perspectiva del Kremlin, que ve en el conflicto ucraniano un campo de batalla ideológico contra Occidente. Esta acción refleja una continuación del endurecimiento de políticas contra grupos y organizaciones considerados contrarios a los valores tradicionales promovidos por el estado ruso.

La reciente decisión de un tribunal ruso de ordenar la detención preventiva de dos empleados de un bar gay, acusados de organizar una "organización extremista", marca un precedente preocupante. Es el primer caso de este tipo desde la decisión de la Corte Suprema y señala un aumento en la vigilancia y control sobre la comunidad LGBT y sus espacios de reunión.

Algo Curioso
A pesar de la creciente represión en Rusia, la comunidad LGBT y sus aliados continúan resistiendo y organizando eventos clandestinos y redes de apoyo para ayudarse mutuamente, demostrando su resiliencia frente a la adversidad.

Expansión de Restricciones y Impacto en la Comunidad LGBT

Las autoridades rusas han intensificado sus esfuerzos para silenciar cualquier forma de disidencia o alternatividad, apuntando no solo al movimiento LGBT, sino también a otras entidades y organizaciones bajo el amplio manto de "extremismo". La lista negra administrada por Rosfinmonitoring ahora abarca aproximadamente 14,000 individuos y grupos, incluyendo organizaciones terroristas reconocidas globalmente como al-Qaeda y empresas tecnológicas prominentes como Meta, propietaria de Facebook e Instagram.

La inclusión del movimiento LGBT en esta lista se alinea con las políticas más amplias de Rusia de reprimir la "propaganda gay", un término que el estado utiliza para describir la expresión de relaciones sexuales no tradicionales. Esta política ha sido un punto de controversia significativo, con la ley contra la propaganda gay que se extendió en 2022 para cubrir no solo a menores, sino también a adultos, efectivamente haciendo ilegal la manifestación pública de la homosexualidad y la identidad de género no tradicional.

El impacto de estas políticas ha sido profundamente negativo para la comunidad LGBT rusa, que ha visto cómo sus derechos y libertades se han erosionado constantemente en los últimos años. La detención de empleados de un bar gay bajo cargos de extremismo indica un endurecimiento aún mayor de las restricciones y un ambiente cada vez más hostil para la comunidad LGBT en Rusia. Estas acciones han provocado la condena y preocupación internacional, subrayando la creciente brecha entre Rusia y las normativas de derechos humanos globales.

Las restricciones extendidas y la clasificación del movimiento LGBT como extremista han llevado a un aumento en los informes de discriminación, violencia y persecución contra individuos LGBT en Rusia. Organizaciones de derechos humanos han documentado varios casos de abusos, incluyendo arrestos arbitrarios, violencia física y acoso psicológico, lo que resalta el clima de miedo y represión que enfrenta la comunidad LGBT en el país.

Contraste entre la Clasificación de Extremismo y el Verdadero Terror en Moscú

En un giro irónico de los acontecimientos, mientras Rusia clasifica al movimiento LGBT como extremista, Moscú enfrentó un ataque terrorista real y devastador. En la sala de conciertos Crocus City Hall, un atentado llevado a cabo por el Estado Islámico Khorasan resultó en la muerte de al menos 133 personas, incluyendo niños, marcando uno de los ataques más mortales en el país en décadas. Este brutal ataque pone en perspectiva la reciente decisión de Rusia de etiquetar a grupos activistas como extremistas, contrastando fuertemente con la manifestación palpable y letal del verdadero terrorismo.

Las autoridades rusas han arrestado a 11 sospechosos relacionados con el atentado, que no solo dejó un alto número de muertes sino también más de 140 heridos. Los atacantes, equipados con armas y explosivos, ejecutaron un plan meticulosamente coordinado, causando una masacre en un evento público, lo que ha llevado a un reexamen crítico de las medidas de seguridad nacional en Rusia. El presidente Vladimir Putin ha prometido castigo severo para los responsables, en medio de un ambiente de duelo nacional y shock internacional.

El contraste entre el tratamiento del movimiento LGBT como una amenaza "extremista" y el ataque terrorista real subraya una discrepancia alarmante en la percepción y gestión de las amenazas por parte del gobierno ruso. Mientras las políticas internas se centran en suprimir la libertad de expresión y los derechos de las minorías, eventos como el ataque en Crocus City Hall revelan las amenazas externas y más inmediatas que enfrenta la sociedad rusa.

Este acto de terrorismo, comparado con la pacífica expresión de identidad del movimiento LGBT, plantea preguntas sobre la dirección de las políticas de seguridad y los verdaderos desafíos para la estabilidad y la seguridad pública en Rusia. El incidente ha provocado un debate internacional sobre la eficacia de las estrategias antiterroristas rusas y ha intensificado el escrutinio sobre la definición y tratamiento del extremismo por parte de Rusia.

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