La celebración del Día de Acción de Gracias, una de las festividades más importantes en Estados Unidos, se lleva a cabo este año bajo la sombra de la incertidumbre y el miedo para miles de migrantes que enfrentan la amenaza constante de ser deportados. En Nueva York, la ONG New Immigrant Community Empowerment (NICE) ha organizado una distribución de alimentos para apoyar a esta población vulnerable.
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Se estima que hay 11.3 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, de los cuales 412,000 residen en Nueva York. Entre estos migrantes se encuentran personas como Gladys Carolina y Carolina López, quienes, a pesar de tener diferentes estatus migratorios, enfrentan la posibilidad de ser deportados. Gladys Carolina, de origen venezolano, y su familia cuentan con Estatus de Protección Temporal (TPS), pero esta condición no los exime de la amenaza de deportación bajo la administración republicana próxima a asumir el poder, la cual ha mostrado una postura menos diferenciada entre inmigrantes legales e ilegales.
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El sistema de inmigración en EE.UU. actualmente tiene 3.7 millones de casos pendientes, con tiempos de procesamiento que podrían extenderse entre 4 y 16 años según el plan de deportación masiva propuesto por el presidente electo. Los costes de esta operación de deportación masiva se estiman entre 150 y 350 mil millones de dólares para los contribuyentes.
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Nueva York, conocida como una ciudad santuario, ofrece ciertas protecciones adicionales a los migrantes. No obstante, la colaboración entre la policía local y las autoridades de inmigración (ICE) sigue representando un riesgo significativo. En los últimos dos años, la ciudad ha recibido más de 223,000 nuevos migrantes, y más de 150,000 ya se encuentran fuera del sistema de refugio. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha expresado su oposición a las deportaciones masivas, aunque apoya la expulsión de aquellos con antecedentes criminales.
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Organizaciones como NICE están preparando a los migrantes para posibles encuentros con las fuerzas del orden, aconsejándoles tener un plan familiar en caso de separación y recordándoles que tienen derechos y deben estar informados sobre cómo actuar si son detenidos. Carolina López, una de las migrantes que asistieron a la distribución de alimentos de NICE, expresó: "Queremos trabajar y vivir dignamente en este país".
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En medio de este complejo panorama, los migrantes mantienen la esperanza de que sus esfuerzos por integrarse sean reconocidos y protegidos. La comunidad sigue buscando apoyo y soluciones para enfrentar la incertidumbre que les rodea, especialmente en estos tiempos festivos donde la amenaza de deportación empaña la celebración del Día de Acción de Gracias para decenas de miles de familias.