En un fallo significativo, una mujer ha sido indemnizada con un total de £26,438.84 (US$ 36.000) tras llevar a juicio a su jefe, Kevin Davies, quien tosió deliberadamente en su cara durante la pandemia de Covid-19. El incidente, que tuvo lugar el 17 de marzo de 2020, una semana antes del primer confinamiento en el Reino Unido, ocurrió en la empresa Cawdor Cars, ubicada en Newcastle Emlyn, Gales.
La empleada, que había trabajado en la empresa desde 2017, había pedido a sus compañeros que mantuvieran la distancia social debido a su condición de artritis psoriásica y un trastorno autoinmune. Sin embargo, Davies, de 62 años y padre del jugador de rugby galés Gareth Davies, buscó “ridiculizar e intimidar” a la trabajadora, tosiendo “deliberada y ruidosamente” en su dirección y comentando que ella estaba siendo "ridícula".
El juez Tobias Vincent Ryan escuchó durante el juicio que otros miembros del equipo de gestión presenciaron el incidente, pero sus testimonios no fueron completamente sinceros. La mujer, que ganaba £11 por hora, decidió renunciar a su puesto menos de tres meses después del episodio, sintiéndose víctima de acoso.
El tribunal determinó que la decisión de la empleada de presentar su dimisión estuvo significativamente influenciada por el comportamiento de Davies. La indemnización de £26,438.84 desglosada incluye £18,000 por daños emocionales, £3,841.94 por despido injustificado y £4,596.90 en intereses. Tras el fallo judicial, la mujer calificó la conducta de Davies como “horrenda” y explicó que la dejó en un estado de “nervioso desastre”, especialmente debido a que Davies conocía su condición médica y la falta de protección inmunológica que le confería su medicación.
La sentencia también subraya las vulnerabilidades particulares de los empleados con condiciones médicas preexistentes durante la pandemia, y sirve como un precedente sobre las serias consecuencias legales para los empleadores que actúan de forma negligente o intencionalmente dañina hacia sus empleados.
El caso ha resaltado la necesidad de ambientes laborales seguros y de respeto, especialmente en contextos de crisis sanitaria, y la obligación de los empleadores de atender y proteger las necesidades de sus empleados más vulnerables. El incidente ocurrió precisamente una semana antes de que el Reino Unido implementara su primer confinamiento por Covid-19, marcando el inicio de una serie de restricciones de salud pública en el país.