En respuesta a una grave crisis alimentaria exacerbada por una persistente sequía, el Gobierno de Namibia ha aprobado el sacrificio de 723 animales silvestres, incluyendo 83 elefantes, 30 hipopótamos, 60 búfalos, 50 impalas, 100 ñus azules, 300 cebras y 100 elands. Esta medida se enmarca en un contexto regional donde más de 30 millones de personas en el sur de África enfrentan inseguridad alimentaria debido a temperaturas que han superado en cinco grados el promedio y a un significativo déficit de precipitaciones.

La sequía ha tenido un impacto devastador en Namibia, declarada en estado de emergencia alimentaria desde mayo, con casi la mitad de su población de 3 millones de personas enfrentando inseguridad alimentaria severa. En 2024, la región tuvo su febrero más seco en los últimos cien años, recibiendo solo el 20% de las lluvias habituales. Además, factores socioeconómicos y el alza de precios de los alimentos han exacerbado la situación.
El sacrificio de los animales será llevado a cabo por cazadores profesionales y empresas de safaris, bajo la supervisión del Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Turismo. Los animales serán seleccionados en varios parques nacionales, incluyendo Namib Naukluft, Mangetti, Bwabwata, Mudumu y Nkasa Rupara.

Los objetivos detrás de esta medida incluyen mejorar la nutrición de las comunidades vulnerables a través de la distribución de la carne obtenida, y reducir la presión sobre los recursos de pastoreo y agua en los parques nacionales. Se estima que la población animal excede la capacidad de estos ecosistemas, lo que ha generado un aumento en los conflictos entre humanos y la fauna silvestre debido a la escasez de recursos.
La decisión ha sido objeto de controversia, sin embargo, las autoridades sostienen que es necesaria para mitigar la crisis alimentaria y manejar de manera sostenible los recursos naturales.

Esta drástica medida ilustra el desesperado estado de emergencia que viven las regiones afectadas por el fenómeno de El Niño y sus devastadoras consecuencias sobre el medio ambiente y la seguridad alimentaria. El fenómeno de El Niño, responsable de los extremos climáticos observados en Namibia, ocurre cada dos a siete años y puede durar de nueve meses a dos años, alterando los patrones climáticos globales y afectando gravemente a las comunidades dependientes de la agricultura y la ganadería.