La amplitud del estudio Urban Mind abarcó distintos entornos naturales, comparando áreas con diversidad natural y aquellas con predominio de una sola especie de plantas. Los resultados mostraron que los entornos diversos tienen un impacto significativamente mayor en la salud mental, promoviendo una sensación de bienestar sostenida. Las interacciones con elementos naturales variados aumentan la resiliencia mental, favoreciendo la concentración y la productividad laboral y educativa.
El canto de los pájaros, un elemento natural común, fue considerado uno de los más efectivos para mejorar el estado de ánimo y la percepción de bienestar. Incluso encuentros breves con la naturaleza, como una caminata de 10 minutos en un parque, resultaron en una mejora notable del estado de ánimo de los participantes. La presencia de agua, como fuentes y lagos, también contribuyó positivamente, aunque en menor medida que la vegetación y la vida silvestre.
El Profesor Mechelli y su equipo enfatizan que estos hallazgos deben motivar a urbanistas y diseñadores a integrar más elementos naturales en las ciudades. La promoción de espacios verdes variados podría ser una intervención de salud pública accesible y efectiva. Además, la implementación de pequeños proyectos verdes en áreas urbanas densamente pobladas demostró tener un efecto positivo comparable al de áreas más grandes.
En cuanto a la reducción de la soledad, la diversidad natural fue un factor clave. Los participantes informaron sentirse menos aislados en entornos con una rica variedad de plantas y animales. La interacción con la naturaleza contribuye a mejorar las conexiones sociales y aumentar la calidad de vida, resaltando la necesidad de políticas urbanas que prioricen la biodiversidad.
La amplitud del estudio Urban Mind abarcó distintos entornos naturales, comparando áreas con diversidad natural y aquellas con predominio de una sola especie de plantas. Los resultados mostraron que los entornos diversos tienen un impacto significativamente mayor en la salud mental, promoviendo una sensación de bienestar sostenida. Las interacciones con elementos naturales variados aumentan la resiliencia mental, favoreciendo la concentración y la productividad laboral y educativa.
El canto de los pájaros, un elemento natural común, fue considerado uno de los más efectivos para mejorar el estado de ánimo y la percepción de bienestar. Incluso encuentros breves con la naturaleza, como una caminata de 10 minutos en un parque, resultaron en una mejora notable del estado de ánimo de los participantes. La presencia de agua, como fuentes y lagos, también contribuyó positivamente, aunque en menor medida que la vegetación y la vida silvestre.
El Profesor Mechelli y su equipo enfatizan que estos hallazgos deben motivar a urbanistas y diseñadores a integrar más elementos naturales en las ciudades. La promoción de espacios verdes variados podría ser una intervención de salud pública accesible y efectiva. Además, la implementación de pequeños proyectos verdes en áreas urbanas densamente pobladas demostró tener un efecto positivo comparable al de áreas más grandes.
En cuanto a la reducción de la soledad, la diversidad natural fue un factor clave. Los participantes informaron sentirse menos aislados en entornos con una rica variedad de plantas y animales. La interacción con la naturaleza contribuye a mejorar las conexiones sociales y aumentar la calidad de vida, resaltando la necesidad de políticas urbanas que prioricen la biodiversidad.
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