Funcionarios estadounidenses han lanzado una severa advertencia sobre la incipiente hambruna en Sudán, que podría superar en gravedad a cualquier otra desde la crisis en Etiopía hace cuatro décadas. Las entregas de ayuda humanitaria están siendo sistemáticamente bloqueadas por los ejércitos en conflicto, mientras que el flujo de armas hacia ambos bandos continua sin restricciones. La crisis humanitaria, que ya es la más crítica del mundo, amenaza con convertirse en un desastre histórico si no se actúa rápidamente.
La situación es alarmante en las regiones de Darfur y Kordofan, donde se estima que más de 2.5 millones de personas, aproximadamente el 15% de la población de estas áreas, podrían morir para finales de septiembre si la situación no mejora. Esta estimación contrasta con la hambruna en Somalia en 2011, que resultó en la pérdida de un cuarto de millón de vidas. Ante este panorama, Linda Thomas-Greenfield ha instado al mundo a tomar conciencia de este desastre que se cierne sobre Sudán.
El agravamiento de la crisis se debe en gran medida a la obstrucción sistemática de la ayuda humanitaria. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar en conflicto con las Fuerzas Armadas de Sudán desde abril de 2023, han sido acusadas de saqueo y destrucción de almacenes humanitarios, así como de instalaciones de almacenamiento de granos y pozos en diversas comunidades. Paralelamente, las Fuerzas Armadas de Sudán han cerrado el acceso transfronterizo desde Chad en el cruce de Adré, la principal ruta para la entrada de asistencia en Darfur, complicando aún más la logística de la ayuda en una región ya devastada.
Otro factor agravante es la temporada de lluvias, que está dificultando aún más el acceso y distribución de ayuda vital a las áreas más necesitadas. Esta combinación de factores ha creado una tormenta perfecta que ha exacerbado las condiciones de vida de millones de personas en Sudán. La embajadora Thomas-Greenfield también ha señalado la hipocresía de la política estadounidense que, mientras llama al cese del suministro de armas a las partes en conflicto en Sudán, sigue proporcionando miles de millones en armamento a Israel durante su ofensiva en Gaza.
La crisis humanitaria en Sudán ha recibido menos cobertura mediática global que otras catástrofes recientes, lo cual ha contribuido a una menor preocupación y acción internacional ante la severidad de la hambruna.