El miércoles, Kendric Cromer se convirtió en pionero al ser el primer paciente en recibir una terapia genética comercialmente aprobada para la anemia de células falciformes. Este tratamiento, que se lleva a cabo en el Hospital Nacional Infantil de Washington, no solo es una luz de esperanza para Kendric sino también para aproximadamente 20,000 personas en Estados Unidos aptas para el mismo. Los médicos iniciaron el proceso con la extracción de células madre de la médula ósea de Kendric, un procedimiento que dura entre seis y ocho horas y que puede requerir múltiples sesiones.
El tratamiento, desarrollado por Bluebird Bio y con un costo de 3,1 millones de dólares, implica la modificación genética de las células madre en un laboratorio especializado. Aunque este procedimiento es prolongado y complejo, representa un avance significativo en el tratamiento de enfermedades genéticas. La terapia tiene el potencial no solo de aliviar los síntomas dolorosos de la anemia falciforme sino de curar la condición subyacente, ofreciendo a los pacientes una calidad de vida que antes no podían imaginar.
Esta terapia, llamada Lyfgenia, promete no solo aliviar los síntomas dolorosos típicos de la anemia falciforme sino también abordar las causas genéticas de la enfermedad. El procedimiento inicial es solo el primer paso de un proceso que durará varios meses y que puede requerir múltiples sesiones de recolección de células si la primera no alcanza el número requerido.