El 15 de julio de 2023, Northwestern Medicine en Chicago documentó un avance significativo en el campo de la cirugía de trasplantes de riñón, al realizar su primer procedimiento con un paciente despierto. Harry Stackhouse, de 74 años, fue sometido a una cirugía usando anestesia espinal, una técnica similar a la utilizada en cesáreas. La operación, que duró poco más de una hora, permitió que Stackhouse fuera dado de alta en 36 horas, contrastando con el promedio de 5 a 7 días requerido para pacientes bajo anestesia general.
El Dr. Satish Nadig, director del Comprehensive Transplant Center, lideró este procedimiento innovador como parte del programa AWAKE Kidney Program, cuyo objetivo es evitar el uso de anestesia general en trasplantes. Stackhouse sufría de insuficiencia renal severa; un riñón funcionaba al 2% y el otro había fallado completamente, lo que lo obligó a someterse a varias sesiones de diálisis antes de considerar el trasplante.
La anestesia espinal presenta varios beneficios en comparación con la general. Evita complicaciones comunes como daños a las cuerdas vocales y confusión postoperatoria, además de permitir que los pacientes permanezcan conscientes durante la cirugía, lo que puede mejorar su experiencia y acelerar la recuperación. Stackhouse informó que pudo caminar y llevar a cabo actividades cotidianas poco después de la operación. Este caso fue elogiado por el Dr. Christopher Sonnenday, quien calificó la innovación como un avance significativo en el ámbito de los trasplantes.
El éxito de este procedimiento inicial llevó a un segundo caso el 24 de mayo de 2024, en el que John Nicholas, de 28 años, recibió un trasplante de riñón en Northwestern Medicine. Usando una técnica de bloqueo raquídeo, Nicholas fue dado de alta al día siguiente, lo que representa una duración de estadía hospitalaria significativamente menor que la estándar de 2 a 3 días.
Las implicaciones futuras de esta técnica son prometedoras, especialmente para pacientes con alto riesgo de complicaciones asociadas a la anestesia general. Los médicos están planeando ofrecer esta técnica a un grupo más amplio de pacientes, enfocándose en aquellos con condiciones de salud que dificultan el uso de anestesia general.
En conclusión, la adopción de trasplantes de riñón con pacientes despiertos se perfila como un avance importante en la cirugía, mejorando la recuperación de los pacientes y reduciendo los riesgos vinculados a la anestesia general. Esta innovación no solo representa un hito en el campo de los trasplantes sino también en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. El primer trasplante de riñón despierto permite que los pacientes recuperen la movilidad más rápidamente, destacando un contraste notable con la recuperación prolongada asociada a la anestesia general.