Mundo

Ola de Calor Extrema en África: Temperaturas Superan los 48°C con Cientos de Muertes

Una serie de estudios recientes vinculan la intensa ola de calor que azotó el Sahel (Región en África) en abril de 2024, con temperaturas superiores a los 45 grados Celsius, directamente al cambio climático inducido por el hombre. Esta condición extrema, descrita como un evento que ocurre una vez cada 200 años, provocó cientos de muertes en la región.

Mundo

Ola de Calor Extrema en África: Temperaturas Superan los 48°C con Cientos de Muertes

Una serie de estudios recientes vinculan la intensa ola de calor que azotó el Sahel (Región en África) en abril de 2024, con temperaturas superiores a los 45 grados Celsius, directamente al cambio climático inducido por el hombre. Esta condición extrema, descrita como un evento que ocurre una vez cada 200 años, provocó cientos de muertes en la región.

“Las olas de calor de la magnitud observada en marzo y abril de 2024 en la región habrían sido imposibles sin el calentamiento global de 1.2°C hasta la fecha”

– Grupo de Atribución del Clima Mundial (WWA).

19/4/2024

Durante la primera semana de abril de 2024, la región del Sahel, incluyendo Mali y Burkina Faso, experimentó temperaturas extremadamente altas que resultaron letales. Según varios estudios realizados por el Grupo de Atribución del Clima Mundial (WWA), este fenómeno climático ha sido exacerbado significativamente por la actividad humana, específicamente por la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación. Las temperaturas alcanzaron picos sin precedentes de hasta 48.5°C, superando con creces los registros históricos para la región.

El impacto de esta ola de calor no sólo se sintió en el termómetro. En Bamako, la capital de Mali, el hospital Gabriel Touré informó sobre un aumento significativo en las muertes y hospitalizaciones, especialmente entre las personas mayores. Del 1 al 4 de abril, se reportaron más de 100 fallecimientos, una cifra alarmantemente superior a la esperada para esta época del año.

Los científicos del WWA destacaron que un clima preindustrial no habría permitido una ola de calor de esta magnitud, lo que subraya el impacto directo del calentamiento global en la intensificación de los fenómenos climáticos extremos. Además, se señaló que la coincidencia de esta ola de calor con el mes de Ramadán aumentó significativamente los riesgos para la salud de la población, que ya estaba debilitada por el ayuno durante el día.

Algo Curioso
El Sahel, conocido por sus extremos climáticos, enfrenta ahora olas de calor más intensas y frecuentes, lo que desafía las capacidades de adaptación de sus habitantes y sistemas de soporte vital.

Un Vínculo Claro: Actividades Humanas y Temperaturas Extremas

La ola de calor en el Sahel, específicamente en Mali y Burkina Faso, no solo resultó en temperaturas récord, sino también en cortes de energía extensos que complicaron aún más la situación crítica. Durante los días más calurosos, numerosas áreas sufrieron apagones que duraron más de 12 horas consecutivas. Estos cortes impidieron el uso de ventiladores y sistemas de aire acondicionado, dejando a la población vulnerable sin ningún alivio ante el sofocante calor.

Los servicios de salud se vieron severamente afectados por la falta de energía eléctrica. El centro nacional de transfusión sanguínea en Bamako tuvo que solicitar a los centros médicos que suspendieran las transfusiones no esenciales debido a la imposibilidad de refrigerar adecuadamente las reservas de sangre. Este escenario puso en riesgo no solo a los pacientes afectados por el calor, sino también a aquellos en necesidad crítica de intervenciones médicas.

Infraestructura Crítica a Prueba: El Reto de los Servicios Básicos

Mientras tanto, el aumento de las temperaturas nocturnas, que no bajaron de los 32°C, exacerbó la situación, impidiendo que la población pudiera recuperarse del calor del día durante la noche. Este fenómeno es especialmente peligroso ya que no permite que el cuerpo humano descanse adecuadamente, incrementando el riesgo de problemas de salud relacionados con el calor.

La vulnerabilidad de la región del Sahel no solo se limita a las condiciones climáticas extremas, sino que también se ve exacerbada por factores socioeconómicos y ambientales preexistentes. El rápido proceso de urbanización en ciudades como Bamako y Ouagadougou ha contribuido al aumento del efecto de isla de calor urbano, que intensifica las temperaturas en áreas densamente pobladas. Además, la pérdida de espacios verdes ha reducido la capacidad de estas áreas urbanas para mitigar el calor a través de la sombra y la evaporación.

Las poblaciones pastorales, que dependen en gran medida del acceso al agua y a los pastos, se enfrentan a desafíos cada vez mayores debido a la disminución de estos recursos esenciales. Esta situación ha sido un catalizador para el desplazamiento de comunidades y ha exacerbado las tensiones en regiones ya afectadas por conflictos y actividades de grupos armados. Estos factores, combinados con el aumento de las temperaturas, han creado una crisis multidimensional que afecta a millones de personas en la región.

“Las olas de calor de la magnitud observada en marzo y abril de 2024 en la región habrían sido imposibles sin el calentamiento global de 1.2°C hasta la fecha”

– Grupo de Atribución del Clima Mundial (WWA).

Apr 19, 2024
Colglobal News

Durante la primera semana de abril de 2024, la región del Sahel, incluyendo Mali y Burkina Faso, experimentó temperaturas extremadamente altas que resultaron letales. Según varios estudios realizados por el Grupo de Atribución del Clima Mundial (WWA), este fenómeno climático ha sido exacerbado significativamente por la actividad humana, específicamente por la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación. Las temperaturas alcanzaron picos sin precedentes de hasta 48.5°C, superando con creces los registros históricos para la región.

El impacto de esta ola de calor no sólo se sintió en el termómetro. En Bamako, la capital de Mali, el hospital Gabriel Touré informó sobre un aumento significativo en las muertes y hospitalizaciones, especialmente entre las personas mayores. Del 1 al 4 de abril, se reportaron más de 100 fallecimientos, una cifra alarmantemente superior a la esperada para esta época del año.

Los científicos del WWA destacaron que un clima preindustrial no habría permitido una ola de calor de esta magnitud, lo que subraya el impacto directo del calentamiento global en la intensificación de los fenómenos climáticos extremos. Además, se señaló que la coincidencia de esta ola de calor con el mes de Ramadán aumentó significativamente los riesgos para la salud de la población, que ya estaba debilitada por el ayuno durante el día.

Durante la primera semana de abril de 2024, la región del Sahel, incluyendo Mali y Burkina Faso, experimentó temperaturas extremadamente altas que resultaron letales. Según varios estudios realizados por el Grupo de Atribución del Clima Mundial (WWA), este fenómeno climático ha sido exacerbado significativamente por la actividad humana, específicamente por la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación. Las temperaturas alcanzaron picos sin precedentes de hasta 48.5°C, superando con creces los registros históricos para la región.

El impacto de esta ola de calor no sólo se sintió en el termómetro. En Bamako, la capital de Mali, el hospital Gabriel Touré informó sobre un aumento significativo en las muertes y hospitalizaciones, especialmente entre las personas mayores. Del 1 al 4 de abril, se reportaron más de 100 fallecimientos, una cifra alarmantemente superior a la esperada para esta época del año.

Los científicos del WWA destacaron que un clima preindustrial no habría permitido una ola de calor de esta magnitud, lo que subraya el impacto directo del calentamiento global en la intensificación de los fenómenos climáticos extremos. Además, se señaló que la coincidencia de esta ola de calor con el mes de Ramadán aumentó significativamente los riesgos para la salud de la población, que ya estaba debilitada por el ayuno durante el día.

Algo Curioso
El Sahel, conocido por sus extremos climáticos, enfrenta ahora olas de calor más intensas y frecuentes, lo que desafía las capacidades de adaptación de sus habitantes y sistemas de soporte vital.

Un Vínculo Claro: Actividades Humanas y Temperaturas Extremas

La ola de calor en el Sahel, específicamente en Mali y Burkina Faso, no solo resultó en temperaturas récord, sino también en cortes de energía extensos que complicaron aún más la situación crítica. Durante los días más calurosos, numerosas áreas sufrieron apagones que duraron más de 12 horas consecutivas. Estos cortes impidieron el uso de ventiladores y sistemas de aire acondicionado, dejando a la población vulnerable sin ningún alivio ante el sofocante calor.

Los servicios de salud se vieron severamente afectados por la falta de energía eléctrica. El centro nacional de transfusión sanguínea en Bamako tuvo que solicitar a los centros médicos que suspendieran las transfusiones no esenciales debido a la imposibilidad de refrigerar adecuadamente las reservas de sangre. Este escenario puso en riesgo no solo a los pacientes afectados por el calor, sino también a aquellos en necesidad crítica de intervenciones médicas.

Infraestructura Crítica a Prueba: El Reto de los Servicios Básicos

Mientras tanto, el aumento de las temperaturas nocturnas, que no bajaron de los 32°C, exacerbó la situación, impidiendo que la población pudiera recuperarse del calor del día durante la noche. Este fenómeno es especialmente peligroso ya que no permite que el cuerpo humano descanse adecuadamente, incrementando el riesgo de problemas de salud relacionados con el calor.

La vulnerabilidad de la región del Sahel no solo se limita a las condiciones climáticas extremas, sino que también se ve exacerbada por factores socioeconómicos y ambientales preexistentes. El rápido proceso de urbanización en ciudades como Bamako y Ouagadougou ha contribuido al aumento del efecto de isla de calor urbano, que intensifica las temperaturas en áreas densamente pobladas. Además, la pérdida de espacios verdes ha reducido la capacidad de estas áreas urbanas para mitigar el calor a través de la sombra y la evaporación.

Las poblaciones pastorales, que dependen en gran medida del acceso al agua y a los pastos, se enfrentan a desafíos cada vez mayores debido a la disminución de estos recursos esenciales. Esta situación ha sido un catalizador para el desplazamiento de comunidades y ha exacerbado las tensiones en regiones ya afectadas por conflictos y actividades de grupos armados. Estos factores, combinados con el aumento de las temperaturas, han creado una crisis multidimensional que afecta a millones de personas en la región.

PODRÍA INTERESARTE
 

No tienes acceso

Necesitas una membresía para acceder al contenido de este sitio.
Por favor Regístrate o Ingresa