El 2 de diciembre de 2024, el canciller alemán Olaf Scholz realizó una visita sorpresa a Ucrania, marcando su primer viaje al país en más de dos años. Durante su estancia, Scholz anunció un paquete de ayuda militar considerablemente valuado en 650 millones de euros que se entregará a Ucrania antes de que finalice el mes de diciembre. Esta medida pretende subrayar el firme compromiso de Alemania con Ucrania en medio del conflicto continuado con Rusia.
El nuevo paquete de ayuda militar incluye sofisticados sistemas de defensa aérea. Entre ellos, cinco sistemas IRIS-T, tres sistemas Patriot y más de 50 cañones antiaéreos autopropulsados Gepard, con expectativas de incluir otro sistema IRIS-T y más Gepards en las próximas entregas. Este refuerzo bélico está programado para completarse antes de que termine el año 2024.
En el ámbito político, Scholz se reunió con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien ha mostrado preocupación respecto a la percepción de la fiabilidad de Alemania como aliado. Estos sentimientos se intensificaron tras una reciente llamada de Scholz al presidente ruso, Vladimir Putin, lo que generó críticas en Ucrania. Alemania ha sido el segundo mayor proveedor de ayuda militar a Ucrania, solo superado por los Estados Unidos. Sin embargo, Scholz ha sido claro respecto a ciertas "líneas rojas", como la entrega de misiles de crucero Taurus, y se opone a la adhesión de Ucrania a la OTAN mientras el conflicto con Rusia permanezca activo.
La visita de Scholz se realiza en un momento crítico, con una creciente presión internacional para negociar una resolución al conflicto. Analistas han señalado que tanto Alemania como Estados Unidos han tardado en ofrecer apoyo significativo y en cantidades adecuadas a Ucrania. Esta visita y el anuncio del paquete de ayuda militar también ocurren en un escenario político interno en Alemania, donde Scholz enfrenta elecciones anticipadas en febrero de 2025, una situación que indudablemente influye en su política de defensa y apoyo a Ucrania.
En el resumen de la situación actual, la guerra en Ucrania se aproxima a su cuarto año. A esto se suma la próxima toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien ha prometido resolver el conflicto rápidamente. Scholz, por su parte, ha reiterado el compromiso de Alemania con Ucrania, aunque su enfoque cauteloso ha generado dudas sobre la constancia de dicho compromiso.
Este encuentro y anuncio de Scholz no solo refuerzan el apoyo alemán a Ucrania, sino que también destacan la complejidad del contexto político y las críticas sobre la efectividad y el tiempo del apoyo internacional a Ucrania.