La reciente serie de ataques aéreos en Yemen, ejecutados conjuntamente por fuerzas de Estados Unidos y el Reino Unido, ha provocado una firme promesa de represalia por parte de los Houthis. Estos ataques, dirigidos a 36 objetivos Houthi en Yemen, fueron en respuesta a las continuas agresiones Houthi contra la navegación comercial en el Mar Rojo. Según declaraciones de los gobiernos de EE.UU. y el Reino Unido, la ofensiva tenía como objetivo desarticular y degradar las capacidades militares de los Houthis, que han lanzado más de 30 ataques contra buques comerciales y militares desde mediados de noviembre.
El Secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, afirmó que las acciones están destinadas a interrumpir y degradar las capacidades de la milicia respaldada por Irán para llevar a cabo sus ataques temerarios y desestabilizadores. A pesar de las afirmaciones de los Houthis de que sus ataques se limitaban inicialmente a embarcaciones vinculadas a Israel en solidaridad con los palestinos en Gaza, la expansión de sus objetivos para incluir buques británicos y estadounidenses ha llevado a una respuesta militar más contundente.
La coalición internacional que apoya estos ataques incluye a Australia, Bahréin, Dinamarca, Canadá, los Países Bajos y Nueva Zelanda, lo que subraya la preocupación global por la seguridad de una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. Los ataques han apuntado a instalaciones subterráneas de almacenamiento de armas, sistemas de misiles, lanzadores y otras capacidades utilizadas por los Houthis para amenazar el comercio global y la vida de marinos inocentes.