La Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado una resolución que demanda un alto al fuego humanitario en Gaza. Esta decisión llega tras el reciente veto de Estados Unidos a una propuesta similar en el Consejo de Seguridad. La resolución de la Asamblea, aunque de carácter no vinculante, refleja el creciente clamor internacional por una solución pacífica al conflicto. La votación resultó en 153 votos a favor, superando los 121 de una resolución anterior en octubre, lo que indica un aumento en el apoyo global a la causa.
El texto de la resolución exige la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y el cumplimiento del derecho internacional, especialmente en lo que respecta a la protección de civiles. Esta iniciativa representa un esfuerzo más ambicioso que el anterior, buscando una tregua humanitaria duradera que conduzca al cese de las hostilidades. Sin embargo, la naturaleza no vinculante de la resolución de la Asamblea General limita su impacto práctico, dejando en evidencia la impotencia de los órganos políticos de la ONU para imponer una solución efectiva.
Por otro lado, Israel, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha reafirmado su determinación de continuar con la ofensiva en Gaza, independientemente del apoyo internacional. Esta postura se mantiene firme incluso frente a las críticas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien ha señalado que Israel está comenzando a perder apoyo global debido a sus acciones en Gaza. La reciente emboscada en el barrio de Shujaiya, en la que murieron nueve militares israelíes, incluyendo un coronel, demuestra la intensidad y el desafío continuo de la resistencia armada palestina.