La ofensiva militar de Israel en Gaza, que comenzó el 7 de octubre de 2023, ha resultado en al menos 40,000 palestinos muertos, según las cifras oficiales. Esta cifra alarmante se suma a una crisis humanitaria crítica, donde aproximadamente 2.15 millones de palestinos enfrentan niveles críticos de hambre debido a la destrucción de fuentes de alimentos por los ataques militares. Estas cifras representan el 96% de la población de Gaza.
Desde el 21 de octubre de 2023 hasta el 12 de julio de 2024, se han rastreado un total de 65 envíos de petróleo y productos refinados a Israel, según sugiere una nueva investigación. De estos, 35 envíos, equivalentes al 54%, se realizaron después de la advertencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el 26 de enero de 2024 sobre la posibilidad de genocidio. Entre los principales proveedores de petróleo a Israel se encuentran Azerbaiyán (28% del suministro), Kazajistán (22%), Gabon, Nigeria, Brasil (9%) y la República del Congo.
Seis grandes compañías internacionales de petróleo, incluyendo Chevron, BP, ExxonMobil, Shell, Eni y TotalEnergies, han sido responsables de aproximadamente el 35% del crudo suministrado a Israel. Además, Estados Unidos ha contribuido enviando "jet fuel" (combustible para aviones) crucial para las operaciones militares de Israel, con envíos provenientes de la refinería Valero en Corpus Christi, Texas, según la nueva investigación encargada por la organización sin fines de lucro Oil Change International.
La situación ha suscitado reacciones internacionales significativas. Expertos en derecho internacional han instado a la implementación de un embargo energético y a la investigación de los envíos de petróleo a Israel, argumentando que estas acciones podrían constituir complicidad en crímenes de guerra. La CIJ ha declarado claramente que los estados tienen la obligación de prevenir el genocidio y de no colaborar con ocupaciones ilegales. En este contexto, Colombia ha suspendido recientemente las exportaciones de carbón a Israel en respuesta a la situación en Gaza, subrayando la creciente condena internacional.
Las implicaciones legales para las empresas que suministran combustible a Israel son considerables. Según algunos expertos legales, estas empresas podrían enfrentar responsabilidades legales por complicidad en actos de genocidio. La presión sobre los gobiernos y las corporaciones para que cesen el suministro de combustibles y armas a Israel ha aumentado, particularmente en el marco de las elecciones estadounidenses de 2024.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con un alto número de víctimas y un contexto marcado por graves violaciones de derechos humanos. Mientras la comunidad internacional enfrenta presiones crecientes para actuar, la necesidad de detener el suministro de recursos que facilitan las operaciones militares de Israel es más urgente que nunca. La respuesta global, tanto a nivel gubernamental como corporativo, continúa siendo un factor vital para el desarrollo futuro de la crisis.