El informe más reciente del Pentágono, emanado de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todo Dominio (AARO, por sus siglas en inglés), desmiente de manera contundente las afirmaciones sobre tecnología extraterrestre oculta y visitas alienígenas, temas que han alimentado el imaginario colectivo y la cultura popular durante décadas. Esta oficina, establecida en 2022, tuvo como objetivo principal detectar y, si fuera necesario, mitigar amenazas que incluyen objetos anómalos no identificados, ya sean espaciales, aéreos, sumergidos o transmedios.
A lo largo de las investigaciones, que abarcaron desde el análisis de documentos clasificados y no clasificados hasta entrevistas con aproximadamente 30 personas, se examinaron todos los esfuerzos gubernamentales oficiales de investigación sobre fenómenos anómalos no explicados (UAP, por sus siglas en inglés) reportados desde 1945. Estos estudios revelaron consistentemente la ausencia de pruebas que respaldaran la existencia de tecnología extraterrestre.
El informe pone especial énfasis en desacreditar las narrativas populares que sugieren que el gobierno de EE. UU. ha recuperado naves espaciales de otros mundos y restos biológicos extraterrestres, que opera programas para revertir la ingeniería de la tecnología recuperada y que ha conspirado desde la década de 1940 para mantener este esfuerzo oculto al Congreso de los Estados Unidos y al público americano.
La AARO determinó, basándose en toda la información proporcionada hasta la fecha, que las afirmaciones sobre personas específicas, lugares conocidos, pruebas tecnológicas y documentos supuestamente involucrados en o relacionados con la ingeniería inversa de tecnología extraterrestre, son inexactas. Este hallazgo refuta directamente los relatos de un exfuncionario de inteligencia de EE. UU. que afirmaba la existencia de un programa secreto de OVNIs que intentaba revertir la ingeniería de OVNIs estrellados.