Gustavo Petro, al frente de la presidencia de Colombia desde 2022, enfrenta una coyuntura política crítica, marcada por el estancamiento de sus reformas en el Congreso. Ante este escenario, ha planteado la posibilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Esta medida, según Petro, busca garantizar la implementación de las transformaciones sociales que prometió durante su campaña electoral, especialmente en los sectores de salud, pensiones y trabajo.
La propuesta del presidente surge en respuesta al rechazo continuo de las iniciativas gubernamentales por parte de la oposición en el Congreso. Este órgano legislativo ha mostrado una firme resistencia, complicando la aprobación de las reformas propuestas. La reciente crisis en la aprobación de la reforma de salud, que se encuentra al borde del colapso legislativo, ha sido el catalizador que ha llevado a Petro a considerar una revisión constitucional.
La idea de una Asamblea Constituyente ha generado un amplio debate nacional, con opiniones divididas en el espectro político. Mientras algunos ven en esta medida una forma legítima de superar los bloqueos institucionales y dar cumplimiento al mandato electoral, otros la critican como un intento de concentrar el poder y cambiar las reglas del juego democrático a favor de la actual administración.
El proceso para convocar a una Asamblea Constituyente en Colombia implica complejidades legales y políticas significativas. Según la legislación actual, se requiere una aprobación por parte del Congreso y el respaldo de al menos un tercio de los electores en un referendo. Este camino, lleno de desafíos, podría llevar al país a un periodo de incertidumbre y profundos debates sobre su estructura constitucional.