El viernes, la Administración Biden anunció restricciones significativas a nuevas licencias de perforación petrolera y gasística en la Reserva Nacional de Petróleo en Alaska, que abarca 13 millones de acres. Esta medida busca proteger la diversa fauna de la región, incluyendo especies como el caribú y el oso polar, cuya supervivencia está amenazada por el calentamiento del Ártico.
Esta decisión es el resultado de una larga disputa sobre el desarrollo de los vastos recursos petrolíferos del estado y solidifica las protecciones propuestas el año pasado mientras la administración se preparaba para aprobar el controvertido proyecto petrolero Willow. La aprobación de Willow provocó la ira de los ambientalistas, quienes argumentaron que contradecía las promesas del presidente Biden de luchar contra la crisis climática.
El nuevo plan también incluye la recomendación de rechazar una solicitud estatal para un proyecto de carretera de 210 millas que facilitaría la minería de minerales críticos, como cobre y cobalto, en el noroeste del estado. No hay propuestas de minería activas en la zona, pero la financiación del proyecto Ambler Road ha sido descrita como especulativa por el Departamento del Interior.
Líderes políticos de Alaska y grupos de cabildeo de la industria petrolera han criticado duramente estas decisiones, alegando que restricciones tan severas perjudican la seguridad energética de Estados Unidos y amenazan el sustento económico del estado. El senador republicano de Alaska, Dan Sullivan, ha calificado la acción de “ataque ilegal” y anticipa litigios futuros.