Un estudio recientes han revelado una conexión significativa entre la grasa abdominal y el dolor crónico. Estos estudios, realizados por investigadores de la Universidad de Tasmania, la Universidad de Australia Occidental y la Universidad Monash, utilizaron los datos del UK Biobank, que incluye información de 32,409 participantes con un promedio de edad de 55 años (±7.4).
Se emplearon resonancias magnéticas (MRI) para evaluar los depósitos de grasa abdominal, tanto visceral (VAT) como subcutánea (SAT), y su relación con el dolor crónico en diversas áreas del cuerpo. Los resultados mostraron una clara tendencia: en mujeres, una mayor prevalencia de dolor crónico generalizado se asoció con altas cantidades de grasa abdominal. Específicamente, las mujeres con elevados niveles de VAT presentaron dolor en el doble de sitios en comparación con aquellas con menor cantidad de grasa visceral, mientras que aquellas con altos niveles de SAT tuvieron un incremento del 60% en dolor crónico.
En el caso de los hombres, los niveles elevados de grasa visceral se asociaron con un aumento del dolor crónico del 34%, y los niveles elevados de grasa subcutánea correspondieron a un aumento del 39%. Además, la relación entre VAT y SAT mostró un incremento del 13% en el dolor crónico.
El estudio, titulado MRI-derived abdominal adipose tissue is associated with multisite and widespread chronic pain, y publicado el 6 de agosto de 2024 en Regional Anesthesia & Pain Medicine, analizó datos del UK Biobank utilizando MRI en dos visitas diferentes para medir la grasa abdominal. Los hallazgos indicaron nuevamente una relación significativa entre la grasa abdominal y el dolor crónico musculoesquelético, con efectos más pronunciados en mujeres. El análisis cuantitativo arrojó que en mujeres, un incremento de una desviación estándar (SD) en VAT se correlacionaba con un odds ratio (OR) de 2.04 (IC 95%: 1.85-2.26), y en SAT con un OR de 1.60 (IC 95%: 1.50-1.70). Por su parte, la relación VAT/SAT tuvo un OR de 1.60 (IC 95%: 1.37-1.87). Para los hombres, los OR fueron de 1.34 (IC 95%: 1.26-1.42) para VAT, 1.39 (IC 95%: 1.29-1.49) para SAT, y 1.13 (IC 95%: 1.07-1.20) para la relación VAT/SAT.
Las conclusiones de ambos estudios subrayan la importancia de la grasa abdominal en la patogénesis del dolor crónico, sugiriendo que la reducción de estos depósitos de grasa podría ser una estrategia efectiva para el manejo del dolor, especialmente en mujeres. Estas investigaciones destacan también las diferencias de sexo en la distribución de la grasa y el impacto de las hormonas en esta relación.
La resonancia magnética fue una herramienta clave para poder cuantificar los depósitos de grasa abdominal y su relación con el dolor en diversas localizaciones del cuerpo. Los estudios ponen de relieve la necesidad de más investigación en este ámbito, dado el impacto potencial en estrategias de salud pública y tratamiento individualizado para el dolor crónico.