El 2 de octubre de 2024, un tribunal en los Países Bajos emitió una multa de US$ 110 a un hombre de 33 años por acoso sexual en Rotterdam. Este es el primer evento resuelto bajo la nueva ley que penaliza el acoso en espacios públicos, la cual fue implementada en julio de 2024.
El caso surgió a raíz de un evento en el que el acusado agarró a una mujer por las caderas y la retuvo en la calle. El tribunal también declaró que el hombre tendría que pagar una multa adicional de US$ 198 si reincide en el futuro.
La nueva legislación impone sanciones por tocamientos no deseados, comentarios inapropiados y gestos ofensivos. Este marco legal pretende consolidar esfuerzos locales anteriores en ciudades como Ámsterdam y está alineado con leyes similares en otros países europeos como Francia, Portugal y Bélgica.
Durante la audiencia, que atrajo a numerosos periodistas y espectadores, el tribunal determinó que el comportamiento del hombre fue sin el consentimiento de la víctima y bajo circunstancias que podrían ser consideradas aterradoras, dolorosas y degradantes. El tribunal además resaltó el impacto negativo más amplio del acoso, afirmando que este tipo de comportamiento genera un ambiente de inseguridad pública.
Desde la implementación de la ley en julio, se han registrado 14 casos de acoso sexual. De estos, tres han sido desestimados por falta de pruebas, mientras que los restantes están a la espera de resolución. Para garantizar la aplicación efectiva de la ley, se han desplegado equipos encubiertos en distintas ciudades, incluidas Rotterdam, Utrecht y Arnhem, con el objetivo de detectar casos de acoso y catcalling. En el caso específico de Rotterdam, testigos encubiertos atestiguaron que la víctima mostró signos de shock y miedo a raíz del incidente.
Según un estudio de 2021 realizado por la agencia nacional de estadísticas de los Países Bajos, el 67% de las mujeres de entre 12 y 25 años reportaron haber sido acosadas en la calle el año anterior, siendo el catcalling el comportamiento más frecuente. Este dato subraya la prevalencia del acoso en espacios públicos y la necesidad de incrementar las medidas de seguridad y protección. La nueva legislación neerlandesa se asemeja a las leyes de otros países europeos como Francia, que desde 2018 tiene regulaciones estrictas contra el acoso callejero.