En 1978, Patrick Moriarty, entonces un joven profesor de ciencias de la tierra en Webster, Nueva York, hizo una promesa a sus estudiantes de noveno grado que marcaría sus vidas. Les pidió que marcaran en sus calendarios el 8 de abril de 2024, fecha en la que presenciarían juntos un eclipse solar total. Esta promesa no solo fue una lección sobre los movimientos celestiales, sino una cátedra de compromiso y esperanza. Cuatro décadas después, Moriarty cumplió su palabra, reuniendo a cerca de 100 de sus exalumnos en el camino de entrada de su casa en Brighton, Nueva York, transformando un evento astronómico en una emotiva reunión de antiguos compañeros de clase.

Los exalumnos, muchos de los cuales no se habían visto en años, viajaron desde distintos puntos de Estados Unidos para reencontrarse con su antiguo profesor y conmemorar la ocasión con gafas de eclipse y galletas temáticas. El evento, más que una observación astronómica, se convirtió en una celebración de la influencia perdurable de un educador dedicado. Moriarty, utilizando un micrófono y una máquina de karaoke prestada por su hija, se aseguró de que el encuentro fuera educativo, brindando comentarios y datos fascinantes sobre el eclipse mientras este ocurría.