Las protestas en Bangladesh, que comenzaron semanas atrás, se han intensificado drásticamente desde el 15 de julio de 2024, en respuesta a un sistema de cuotas que reserva hasta el 30% de los empleos gubernamentales para los descendientes de veteranos de la guerra de independencia de 1971. Los estudiantes universitarios, que ven el sistema como una forma de discriminación, exigen un enfoque meritocrático para la asignación de empleos gubernamentales.
Desde que comenzó el movimiento, al menos 28 personas han perdido la vida. Solo el 18 de julio se registraron 22 muertes, y cuatro muertes adicionales ocurrieron el 19 de julio. Algunas fuentes sugieren que el número total de fallecidos podría ascender a 32. Los enfrentamientos han sido especialmente violentos en la capital, Dhaka, donde los manifestantes han intentado llevar a cabo un "cierre completo" del país.
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Las fuerzas de seguridad han respondido con medidas severas, utilizando balas, gas lacrimógeno y granadas de sonido para dispersar a la multitud. En un intento de controlar la situación, el gobierno suspendió los servicios de internet, móviles y televisión el 19 de julio, tras ataques a la sede de la televisión estatal, Bangladesh Television (BTV), que resultaron en vandalismo y incendios.
La primera ministra Sheikh Hasina defendió el sistema de cuotas en un discurso televisado, argumentando que los veteranos merecen ser honrados por sus sacrificios. A pesar de su llamado a la calma, los líderes estudiantiles han rechazado las ofertas de diálogo, sosteniendo que el gobierno es responsable de las muertes durante las manifestaciones.
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La situación en Dhaka es crítica, con un elevado estado de alerta de seguridad. Los estudiantes continúan organizando protestas diarias y han solicitado a las mezquitas que realicen oraciones fúnebres por los fallecidos. La Corte Suprema de Bangladesh ha suspendido temporalmente la decisión del Tribunal Superior que reinstauró las cuotas, programando una audiencia para abordar el tema el 21 de julio.
En resumen, las protestas han resultado en al menos 28 muertos, y podrían ser hasta 32, con cientos de heridos aún sin confirmar. Las manifestaciones, con un pico de violencia alcanzado a partir del 15 de julio, han llevado al gobierno a implementar un cierre de internet desde el 19 de julio, afectando gravemente la comunicación y el acceso a la información en todo el país.
El conflicto destaca la persistente división entre las demandas de equidad y meritocracia por parte del estudiantado y el reconocimiento de la contribución histórica de los veteranos por parte del gobierno, presentando un reto significativo para la administración de Sheikh Hasina. El cierre de internet implementado el 19 de julio impidió que los manifestantes utilizaran plataformas de redes sociales para organizar y coordinar sus actividades, afectando significativamente la comunicación en Bangladesh.